Más de tres semanas después de la desaparición del pequeño Emile el 8 de julio, las investigaciones continúan este lunes. Si bien nada puede explicar la desaparición del niño de dos años y medio a pesar de las largas búsquedas, la gendarmería vuelve a cruzar Haut Vernet. Además de los sobrevuelos de drones, ahora interviene en el campo un tercer grupo de perros especializados.

Son los perros especializados en la “Búsqueda de restos humanos” (RRH), entrenados para detectar los olores que emanan de los cadáveres. Intervienen por segunda vez, tras el despliegue de los llamados “perros de rastreo” “tradicionales”. Desde la desaparición de Emile, Malinois, Springer y Saint Hubert pertenecientes a estas dos categorías han sido enviados a Vernet.

Respecto a los perros “tradicionales” desplegados en la salida, son “principalmente pastores malinois o alemanes, que son capaces de rastrear un olor que tiene menos de 24 horas”, informa el Servicio de Información y Relaciones Públicas de las Fuerzas Armadas (SIPA). Las primeras investigaciones no dieron seguimiento, “contratamos a Saint Huberts, que también son perros de carreras, pero cuya sensibilidad olfativa está más desarrollada”, especifica el servicio.

Usados ​​exclusivamente para la búsqueda de desaparecidos o fugitivos, los Saint Hubert son capaces de encontrar pistas que se remontan a unos pocos días y operar en condiciones de trabajo más difíciles. Mientras un perro tiene un olfato promedio 40 veces más desarrollado que el de los humanos, el de Saint Hubert es 60 veces más, según el sitio oficial de la gendarmería nacional.

Este lunes 31 de julio, el tercer grupo de perros que intervino en el campo en busca de Émile se denomina “Búsqueda de restos humanos” (RRH). El sentido del olfato de estos cánidos está especialmente entrenado para detectar los olores que emanan de los cadáveres, mientras que los “perros rastreadores” buscan más ampliamente a las personas desaparecidas. Es el Grupo Nacional de Investigación de Cinófilos (GNIC), único en Francia y con sede en Gramat in the Lot, el que despliega estos perros especialmente entrenados cuando un caso de desaparición lo requiere.

El grupo cuenta con doce perros, entrenados por cuatro guías caninos que los entrenan para descubrir rastros de sangre o restos humanos, particularmente en el contexto de investigaciones criminales o desastres naturales. “En Vernet se movilizan siete perros: tenemos cinco malinois y un pastor belga springer. Están entrenados para reconocer un olor diferente al de los perros contratados al principio”, así especifica el Servicio de Información y Relaciones Públicas de los Ejércitos.

Si ahorran tiempo y redirigen las investigaciones, los perros de Gramat suelen ser contratados para “cerrar la puerta” a una investigación o “confirmar la hipótesis de lo peor”, indica el sitio oficial de la Gendarmería Nacional. Sin embargo, “no hacemos suposiciones sobre la desaparición de Émile”, declara la SIPA, los medios desplegados probablemente permitirán “descartar hipótesis”.