EL FÍGARO. – ¿Cuál es su reacción tras el atentado de Arras y el asesinato de un profesor? Henri LEROY. -¿Hasta cuándo aguantaremos el horror? ¿Hasta cuándo permaneceremos impasibles ante la barbarie? Se trata de un nuevo atentado terrorista en el que un profesor fue asesinado a puñaladas por un individuo que gritó “Allah Akbar”. Y este drama nos recuerda el asesinato de Samuel Paty por un extremista islamista. Cuando escuchamos al ex Ministro de Educación Nacional, Pap Ndiaye, en el Senado, dejó de lado la cuestión del islamismo. Mientras que Samuel Paty, servidor del Estado, fue víctima de este movimiento. Es inadmisible. En cuanto al ataque de Arras, nos damos cuenta de que la familia del asesino debería haber sido expulsada. Una expulsión impedida por el Estado y la movilización de las asociaciones. Su responsabilidad está comprometida hoy.
¿Su misión senatorial abordará este drama? Naturalmente, abordaremos la cuestión durante la próxima audiencia del Ministro del Interior, Gérald Darmanin, y con ocasión de la de Mickaëlle Paty, hermana de Samuel, el 17 de octubre. De manera más general, queremos arrojar luz sobre todas las amenazas y ataques contra los docentes en el marco de nuestra misión de control, dotada de poderes de comisión de investigación.
¿Qué medidas deberían tomarse? Una observación es clara: no se ha hecho nada para proteger a nuestros docentes de la barbarie. El terrorista de Arras debería haber sido expulsado pero no lo fue. Es intolerable. Todas las expulsiones de personas peligrosas deben llevarse a cabo. Debemos garantizar que se apliquen las obligaciones de abandonar el territorio francés y de expulsar a los extranjeros registrados por radicalización. El estado de amenaza terrorista lo exige.