Un hombre de unos veinte años fue acusado y puesto en prisión preventiva el lunes 25 de septiembre, después de dos días bajo custodia policial. Fue detenido cerca de la estación de Arras (Paso de Calais) el sábado por la mañana. Es sospechoso de haber matado a su madre, de 42 años, la víspera, en su casa de Marles-les-Mines, cerca de Béthune (Paso de Calais).
Un examen psicológico reveló «una noción de posible alteración del discernimiento», aunque este examen, realizado en poco tiempo, «no constituye un peritaje», precisó a la AFP la fiscalía de Béthune. Se dice que el joven tiene esquizofrenia.
Todo empezó el viernes 22 de septiembre en la estación de Béthune, cuando dos mujeres se encontraron con un joven de 21 años, un conocido, que les contó que había matado a su madre. Luego anuncia que quiere ir a Lille para cometer otro crimen. Preocupadas, las dos mujeres acudieron a la comisaría de Béthune para informar a la policía. Aún no son las diez de la noche.
Al llegar al domicilio de la madre del individuo, la policía la encontró muerta, en la bañera medio llena de agua, con las manos atadas y una bolsa de plástico en la cabeza.
La Voix du Nord reveló rápidamente la identidad de la víctima: se trataba de Céline Lass, una técnico de uñas. Según sus vecinos, vivía con su hija en Marles-les-Mines (Paso de Calais) desde hacía menos de dos años. Su hijo no parecía vivir con ella: “Nunca lo había visto”, dijo al diario local la vecina de la fallecida.
Más tarde, el viernes por la noche, la hija de Céline Lass se puso en contacto con la comisaría. Tenía 18 años y tenía que encontrarse con su madre al final de su jornada laboral, alrededor de las 19:00 horas. Sin noticias, acabó pasando la noche fuera, antes de poder llamar desde una panadería, según una fuente policial consultada por Le Figaro.
Desde el anuncio de su muerte, los emotivos mensajes de personas cercanas a Céline Lass no han dejado de llegar a las redes sociales. Todos extrañan a esta mujer “formidable”, “amorosa”, “dulce” “que tuvo la alegría de vivir”. Menos de una semana antes, sonaron mensajes de cumpleaños: Céline Lass acababa de celebrar su 42 cumpleaños.
Apasionada por los tratamientos de belleza, desde las uñas hasta los ojos, Céline Lass también se encargó de la formación. Regularmente celebraba el éxito de sus alumnos en las redes sociales, felicitándolos por obtener sus diplomas y deseándoles lo mejor para el futuro. Hace unos meses dijo: “Me gusta ver a otros triunfar y ser felices. La vida es un viaje, no una competencia”.