El psiquiatra Alain Pidolle, de 75 años, fue condenado la noche del viernes al sábado por el tribunal penal departamental del Mosela a ocho años de prisión por la violación de una persona vulnerable, una ex paciente.
El interesado indicó a través de sus abogados, Alexandra Vautrin y Andréas García Trula, que apelaría. Ya había sido condenado en otro caso de violación y agresión sexual a seis pacientes, en 2018, por el Tribunal de lo Penal del Bajo Rin, a 13 años de prisión. La mitad de la nueva frase será absorbida por la anterior.
Durante dos días, la Sala de lo Penal del Mosela examinó los hechos denunciados por la víctima y ocurridos entre septiembre de 2007 y junio de 2012. En aquella época, Alain Pidolle era psiquiatra en el centro Mathilde-Salomon de Phalsbourg (Mosela), al que él mismo fundó, especializándose en adolescentes que padecen trastornos psicológicos o patologías psiquiátricas.
La víctima tenía 28 años cuando acudió al psiquiatra por recomendación de su médico de cabecera, para que la ayudara a curar la anorexia nerviosa que padecía desde los 15 años.
“Con el tiempo, me pidió que me tomara fotos desnuda para trabajar en mi anorexia”, explicó. “Las violaciones empezaron en la segunda sesión, él me violó durante varios años, pensé que tenía razón”.
“Él era su psiquiatra, su jefe, le hizo creer que era su amigo: como un virus se propagó y contaminó todos los registros de su vida personal e íntima”, subrayó el abogado de la víctima, José Fernández.
Alain Pidolle nunca negó esta relación, al contrario, creyó que era consensual. «Nunca sentí nada constreñido por ella, estaba enamorado de ella», declaró, sin ver dónde estaba la «relación de control y dependencia», denunciada por el partido civil.
Sus abogados pidieron la absolución del hombre que es descrito como “un esposo cariñoso, un padre cariñoso con sus cuatro hijos, un médico que pasó más de cuarenta años sirviendo a los demás”.
Los peritos psiquiátricos que lo examinaron consideraron que había en él “una ausencia total de afecto”. Al señalar la “gran deshonestidad” del psiquiatra, en una postura de “omnipotencia”, el fiscal había solicitado una pena de siete años de prisión.