La alerta se emitió a principios de septiembre. En un escalofriante comunicado de prensa, la Agencia Regional de Salud (ARS) de la Isla de la Reunión informa de la “circulación de una sustancia no identificada con riesgo mortal”. Según las primeras investigaciones se detectaron dos opiáceos sintéticos: protonitaceno y etonitaceno. Estos nuevos productos, “1.000 veces más potentes que la morfina y 500 veces más fuertes que la heroína”, forman parte de una familia de opioides sintéticos, los nitacenos, explica a Le Figaro David Mété, jefe del servicio de adicciones del Hospital Universitario de La Reunión.

Desde finales de junio pasado, tres hombres han muerto y una decena de víctimas han sido ingresadas en cuidados intensivos. El tribunal judicial de Reunión abrió tres investigaciones distintas para determinar las causas de estas muertes. Y se están realizando varios análisis toxicológicos: dos en Reunión y uno en Francia continental. La tarea es difícil, porque las sustancias mencionadas en estos envenenamientos mortales tienen un metabolismo muy rápido. En otras palabras, es muy difícil encontrar rastros entre las víctimas. Por el momento, no se ha establecido jurídicamente ningún vínculo entre estas tres muertes y la hipótesis mantenida es la de una muerte por causa tóxica sin intervención de terceros.

Si la Reunión no es inmune al tráfico mundial de drogas, la aparición de estas sustancias en la isla francesa es un hecho inédito y preocupante. “Estos compuestos”, explica David Mété, “ya ​​están presentes en Estados Unidos. Y son más poderosos que el fentanilo. En comparación, este opioide sintético vinculado a más de dos tercios de las 110.000 muertes por sobredosis en el estado federado en 2022, es ya cincuenta veces más potente que la heroína.

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“Lo particular de Reunión es que no tenemos un problema real de dependencia de opiáceos, a diferencia de Estados Unidos, donde la dependencia es medicinal”, continúa el médico. Y tampoco observamos dependencia de opiáceos ilícitos como en Seychelles o Mauricio. En estas dos islas del Océano Índico, a diferencia del departamento francés, el “azúcar moreno”, una heroína indopakistaní, está causando estragos. Pero el consumo de drogas sintéticas llamadas cannabinoides sintéticos, que apareció en Mayotte, se ha extendido a Mauricio y Reunión en los últimos seis años.

La primera muerte se produjo el 27 de junio en el centro penitenciario de Saint-Denis, donde un recluso de 22 años murió en su celda, confirma a Le Figaro una fuente cercana al caso, corroborando la información de Le Parisien. Y otros cuatro jóvenes detenidos fueron hospitalizados. “Uno fue sometido a un masaje cardíaco en el patio de recreo y otro fue trasladado a urgencias cuatro veces”, explica Alexandre Vissouvanadin, secretario general de Justicia de la UFAP-UNSA para la región de Reunión Mayotte. En el centro de detención de Port, varios detenidos, cuyos resultados de análisis se esperan, también fueron trasladados a un hospital en “estados comatosos”. La situación es «alarmante», tanto para la salud de los presos como para la seguridad en los centros penitenciarios, considera el brigadier. “Los reclusos pueden atraparse unos a otros. Y como ocurre con todo tráfico, el riesgo es que la situación degenere en un ajuste de cuentas”, añade. Y exigir medios adicionales para frenar este flagelo, en particular redes para frustrar a los “proyectores” que envían estas drogas al entorno penitenciario.

Las otras dos muertes se produjeron en julio en el este de la isla, en Saint-André, donde dos hombres fueron encontrados muertos en sus casas. Esto sugiere, aunque a estas alturas es imposible cuantificar el consumo de estas drogas en la isla, que el comercio de esta sustancia ya es efectivo. El tribunal judicial explica, sin embargo, que no puede confirmar que “estas personas murieron por el mismo motivo y por el mismo producto”.

Todas las vías de administración son posibles: ingerir, vaporizar, esnifar, inhalar… Pero en los casos observados, las víctimas fumaban principalmente estas misteriosas drogas. Extremadamente peligrosos, estos productos tienen un efecto directo sobre los centros respiratorios del cerebro y pueden provocar una sobredosis, incluso en pequeñas cantidades. «El consumidor puede caer en coma en pocos minutos», explica David Mété. Necesitamos poder intervenir muy rápidamente”.

Las víctimas presentaron los mismos síntomas. Los pacientes en cuidados intensivos, de edades comprendidas entre 21 y 46 años, tenían «pupilas y ojos muy contraídos» y una «respiración muy lenta o inexistente», precisa el jefe del servicio de adicciones del hospital universitario de La Reunión. Son en gran medida consumidores de tabaco chimik, también llamado “droga del chamán”, un cannabinoide sintético entre 200 y 300 veces más potente que el cannabis. Pero, a priori, no son dependientes de los opiáceos.

Al salir del coma, algunos también afirmaron haberlo consumido sin su conocimiento. “Se habría producido un fenómeno de sumisión química”, supone el doctor Mété. En su sitio web, el ARS advierte a los consumidores y recomienda que “nunca” acepten un cigarrillo o cualquier otro producto sin conocer su origen.

Estas misteriosas sustancias han salido a la luz cuando la Isla de la Reunión se ha enfrentado en los últimos años a la aparición y al uso generalizado de productos como el “zamal” –cannabis local–, la cocaína, el éxtasis y ciertos opioides sintéticos. “La actividad de los servicios especializados, en particular de las aduanas, está aumentando”, aseguran los servicios del Ministerio Público. En cuanto a las misteriosas sustancias, todavía se están investigando las condiciones en las que fueron introducidas en la isla.