“Traidor”, “cobarde”, “vendido”, “idiota del sistema”. En las redes sociales, Jérôme Bayle, ganadero de Alto Garona, ha sido objeto de duras críticas desde el viernes por la noche. El iniciador de la revuelta campesina, figura carismática de su sufrimiento, cuyo padre se suicidó de un disparo en su granja, paga por decir que está satisfecho con las medidas anunciadas por el Primer Ministro. Y, en consecuencia, haber anunciado el levantamiento de la barrera A64, la primera que puso en marcha el 18 de enero. “Le dije [a Attal], ven a visitarme con medidas concretas. Él ha venido. Con medidas concretas”, declaró el cuarentón a BFMTV.
Entre las medidas de simplificación anunciadas a los agricultores: la eliminación del aumento del impuesto sobre el diésel de uso no vial (GNR); un presupuesto de 50 millones de euros para las explotaciones afectadas por la enfermedad hemorrágica epizoótica; otro de 50 millones para explotaciones ecológicas; una limitación de los controles administrativos… “Medidas” según casi todo el mundo agrícola. Quien dice estar sorprendido por el cambio de opinión de Bayle. “Este tipo es un sinvergüenza”, se burlan los comentaristas, compartiendo el vídeo del 23 de enero que muestra al criador con una chaqueta de plumas delante de un fardo de heno, prometiendo luchar “hasta el final”. O el filmado el viernes durante la visita de Gabriel Attal a “su” bloqueo de Carbonne, donde le vemos pasar un papel a Christophe Béchu, ministro de Transición Ecológica.
La válvula “¿le da su RIB?” no es uno para todos. Estamos indignados en algunos lugares. Detrás del chiste emerge la decepción. ¿Qué pasaría si, con la retirada de este líder, la revuelta histórica se convirtiera en un desastre? ¿Qué pasaría si algunos de los agricultores, sintiéndose traicionados, regresaran a casa? Los más mordaces comparan a Jérôme Bayle con Édouard Martin, ex sindicalista de la antigua fábrica de ArcelorMittal en Florange, considerado un “traidor” por haber obtenido posteriormente un buen lugar en una lista del PS…
La retirada del movimiento ganadero suscita tal sorpresa que Véronique Le Floc’h, presidenta del sindicato agrícola Coordinación Rural, parece no querer entender los motivos. “Podría haber sido reemplazado mientras se iba a descansar…” Ciertamente. Sólo que Jérôme Bayle se marcha porque está satisfecho… “Sí… Es verdad”, admite. Bueno, me parece una pena. Lejos de mí criticarlo porque ha hecho mucho. Pero me parece una pena. Espero que no estuviera hablando por todos nosotros. Porque seguimos”. Para este agricultor ecológico del sur de Finisterre, las medidas anunciadas por Gabriel Attal destilan “desprecio”. “El ministro dijo que nos recibió 5/5 pero eso es muy insuficiente. El problema con las leyes Egalim no es sólo el control, sino también la elusión: los industriales crean centros de compras en el extranjero. El diésel para uso fuera de carretera tenía que tener un tipo completamente nulo, no limitar el aumento del impuesto…” Es inagotable.
Cansado de leer mensajes insultantes sobre Jérôme Bayle, Sébastien Brousse, de 43 años, ganadero lechero y de carne en Creuse, escribió un texto a su favor. En Le Figaro, indica: “Aunque considero que los anuncios son muy insuficientes -no hablamos de ingresos, no hablamos de los trámites que nos pueden llevar un día a la semana o de competencia intraeuropea-, creo Tengo un profundo respeto por Jérôme Bayle. Con una veintena de amigos, mantuvo el bloqueo durante una semana sin sufrir daños. Lanzó un movimiento nacional casi a su pesar. Como muchos agricultores, es digno, valiente y agotado”.
Interrogado por BFMTV el sábado por la mañana, Jérôme Bayle se explicó sin vergüenza. “Cada uno es libre de hacer lo que quiera. Conseguimos estas tres exigencias, dormimos a -7 grados en el tractor. Obtuvimos más de lo que queríamos al principio (…) estamos contentos”. El resto de los representantes sindicales (FNSEA, Jóvenes Agricultores, Coordinación Rural, etc.) anunciaron que continuarían con el movimiento.