Este Real Madrid es insumergible. Al borde del abismo en la octava jornada en Villarreal (2-3, a.p.), los merengues volvieron a dar la vuelta a todo este jueves por la noche al derrotar al Atlético de Madrid (2-1, a.p.). Una nueva remontada que contribuye a forjar la leyenda de esta Real con salsa Carlo Ancelotti, pocas veces emocionante pero endiabladamente efectiva. Y es un equipo que sabe mucho de ello el que ha pagado por ello.
Y, sin embargo, los visitantes estaban mucho mejor atrás en su juego. Llevados por un juego de una fluidez casi insospechada, los de Diego Simeone lógicamente abrieron el marcador a través de Álvaro Morata, con la llegada de una maravilla de la acción colectiva (19º). Atónitos, los locales nunca supieron sacar la cabeza del agua antes del descanso, sin llegar a sorprender con una acción similar a la media hora de partido (32º), antes de que los ánimos empezaran a calentar en serio.
Pero todo cambió al volver del vestuario, tras una evidente intervención salvífica de Carlo Ancelotti. Charla seguida de acciones y lluvia de ocasiones en poco tiempo (52, 58, 62) pero sobre todo de preparación ganadora. El de la entrada de Rodrygo. Abandonado en el banquillo en favor de un Valverde a su favor por la derecha, el lateral brasileño lo cambió todo zambulléndose en la defensa visitante antes de usar la delicadeza, el exterior del pie, para revivirlo todo (79º).
Llevada por un Bernabéu potenciado, la Real acabó volcando todo gracias a su individualidad. Al frente de los que destaca Karim Benzema, que registrará el reencuentro en la prórroga (104º) tras un partido cuanto menos frustrante a nivel personal. La marca de los grandes. El que también se acerca Vinicius Jr, todavía girando por la izquierda, donde habrá desclavado a Stefan Savic (excluido por dos tarjetas en un minuto, 99), antes de ir a marcar en solitario su primer gol en un derbi madrileño y así cerrar el marcador. marca (120). No sin dificultad, va por la Real. Como siempre, por fin.