BAGDAD – No se detiene la larga lista de jóvenes activistas que se han perdido en Irak. El último en desaparecer hace dos días, Omar Kadhem Al-Ameri, 27, y Salman Khairallah, la edad de 28 años, defensor de los derechos humanos y el primer ecologista activo en la defensa del Éufrates y el Tigris, el segundo. El último contacto se produjo ayer poco antes del mediodía, cuando los dos chicos han dicho los amigos y la familia para estar en una tienda de Al Kadhimiya, en Bagdad a comprar carpas que son necesarios para los manifestantes en la plaza Tahrir. A partir de ese momento, los teléfonos están apagados. La familia y la red de activistas, los iraquíes han emitido una llamada para pedir su liberación.

Omar y Salman no son los únicos desaparecido. De acuerdo a la agencia internacional AFP, sólo el pasado viernes, en la zona de La mosca blanca, no muy lejos de la plaza Tahrir, a unos 80 manifestantes fueron secuestrados por hombres armados no identificados, pero sólo unos treinta son los publicados. Ha sido más de dos meses desde la plaza Tahrir del cairo (la libertad, ndr) en Bagdad se ha convertido en el símbolo de la revuelta de los iraquíes a los jóvenes contra el gobierno, incapaz de, incapaces de proporcionar servicios básicos, crear puestos de trabajo y erradicar la corrupción. En adición a estas peticiones, los protestantes piden el fin de la injerencia extranjera en el País y la reforma de todo el sistema político es sectario que, dieciséis años después de la u.s. la invasión, ha traicionado las expectativas de que el pueblo iraquí, y se ha inflamado las divisiones sobre la base de la confesión.

se enfrentan con las protestas pacíficas, diffusesi en Bagdad y en muchas ciudades del sur de Irak, incluyendo Basora, Nayaf, Karbala, Babel, Nasiriyah, Amara, y Muthana, las fuerzas de seguridad reaccionó violentamente, llegando a disparar sobre la multitud con balas, vivo y gas lacrimógeno. Según los datos recogidos por la AFP, los muertos son más de 450 muertos y más de 20 mil heridos, que se atribuye a las fuerzas de seguridad y milicias lealiste pro-iraní en Irak. Los manifestantes, activistas, periodistas y fotógrafos desaparecen o mueren casi a diario desde que ha habido movilizaciones populares. El activista de la sociedad civil Ali Naym Allami, de 48 años de edad, miembro de la Iraquíes de la Unión de Escritores y el Partido Comunista de irak fue asesinado en un arma de fuego por asesinos en el distrito de Shaab, en Bagdad hace dos días. El 6 de diciembre, el joven fotógrafo Zaid Al-Khafaji fue secuestrado frente a su casa, porque él fue la documentación de las protestas en los medios sociales.

Como se informó por Reporteros Sin Fronteras, dos periodistas se desvaneció, y tres de los muertos desde el inicio de las protestas; la última Ahmad
Muhanna, fue alcanzado en la espalda mientras cubría las manifestaciones en Bagdad por hombres no identificados. A pesar de la fuerte represión, la protesta fue valiente y creativa de la generación joven no se detuvo. Las plazas permanecen todo el día y la noche, las paredes de color con el graffiti y las acciones de desobediencia civil no-violenta, se multiplican. Sin embargo, tal y como escriben las Naciones Unidas en un informe, «estos actos contribuyen a un clima de enojo y miedo. El gobierno necesita para identificar a estos grupos, que son los responsables sin demora y castigar a los culpables». El espectro de una guerra civil, no está excluido, pero los ciudadanos iraquíes, que están unidos en la plaza de las divisiones étnicas y confesionales, de la tensión, «Queremos que la caída del régimen, no en otro conflicto.»

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