Está seriamente preocupado. El enviado especial de las Naciones Unidas contra la tortura, Nils Melzer, no escatima palabras para expresar preocupaciones serias acerca de la situación del fundador de WikiLeaks. Ya en mayo del año pasado, poco después de una visita a Julian Assange en la máxima seguridad de la prisión de Belmarsh, en Londres, acompañado por dos médicos que se especializan en el examen de los pacientes que han sido sometidos a tortura, psicológico o físico, y los tratos inhumanos y degradantes, Nils Melzer había denunciado públicamente como Wikileaks mostró «los signos típicos de la exposición prolongada a la tortura psicológica». Ahora, sin embargo, en un diplomática de cambio que acaba de hacer público, Melzer acusa a Inglaterra, Suecia, Ecuador y los Estados unidos de las graves condiciones de Assange y denuncia el riesgo de extradición a los que Nos exponen a una multa y una muy estrictas y severas de malos tratos.
En una celda de dos por tres metros en La correspondencia diplomática entre el Enviado especial de la Onu y los Estados unidos, Inglaterra, Suecia, Ecuador, la aparición por primera vez la información objetiva sobre las condiciones en que se lleva a cabo por Julian Assange, después de que el 11 de abril pasado, el presidente de Ecuador, Lenin Moreno, ha revocado el asilo y la hizo parar justo en el interior de la embajada.

Assange, ha sido condenado a 50 semanas de detención por violar la libertad bajo fianza en 2012, cuando en lugar de rendirse a las autoridades británicas que quería estradarlo en Suecia, se refugió en la embajada de Ecuador en Londres y pidió asilo al entonces presidente de la república, Rafael Correa. La extradición fue solicitada por los magistrados de los suecos a interrogarlo acerca de las denuncias de violación y abuso sexual contra dos mujeres suecas. Assange siempre había dado su disponibilidad para ser interrogado, pero, en lugar de eso, él había luchado con uñas y dientes contra su extradición a Suecia, convencido de que sería expuesto al riesgo de acabar trasladó a los estados Unidos y condenado por haber publicado los documentos secretos del gobierno estadounidense.