Hay un país en el que el coronavirus es tener algunos efectos visibles sobre la política: es Israel, donde la pandemia ha tenido la capacidad de poner en movimiento el marco político, bloqueado después de las elecciones del 2 de marzo. El saliente gobierno de Benjamin Netanyahu ha decidido cerrar bares, restaurantes y salas de cine de todo el país para contener el coronavirus. Y esto ha contribuido a elevar el nivel de la alarma, lo que permite el premier Netanyahu, para lanzar un llamamiento a la oposición para un gobierno de unidad nacional.