El gobierno de Pedro Sánchez quiere cambiar la Constitución. No cambiar los fundamentos o principios básicos: la idea es actualizarlo desde el punto de vista lingüístico, lo que es «inclusiva», respetuosa de los principios de igualdad entre hombres y mujeres. Pero la Real Academia Española, el supremo «guardián» de la frase de Cervantes, encargado de un año y medio atrás por el primer ministro adjunto Carmen Calvo preparar un informe detallado sobre el tema, no es de la misma opinión: no creo que hay razones lingüísticas para cambiar la clave de la Tarjeta.

El documento está listo, el lunes será presentado a la prensa por el director Santiago Muñoz Machado. Ustedes ya conocen el significado de la labor realizada por cuatro académicos (o mejor, dos académicos y dos académico): el texto adoptado en 1978, en plena transición democrática – cuando España salió de los cuarenta años bajo el régimen de franco, en un tiempo, a la represión y inmersa en la cultura, «macho», solo necesitan «algunos cambios», pero no «grandes cambios».