Es culpa de la «rubio malo», como en la Habana Vieja, llamado Donald Trump. El «rubio chico malo» y su decreto de 5 de junio, es por la limitación de la pequeña y mediana economía de Cuba. Porque, en realidad, el fin de la prohibición de que el puerto todos los buques de crucero con turistas americanos no ha sido un golpe para el régimen, pero los 300 mil a pequeña escala de los artesanos con los gringos y sus dólares que finalmente pudiera vivir de una manera decente.

Desde el día de entrada en vigor de la disposición, el 100 «paladares» ( restaurantes y bares privados) y más de 300 cafés administrado en sus propios han reducido a la mitad en las colecciones. Los pasajeros de los cruceros que desembarcan en el muelle de San Francisco, frente a la plaza del Comercio, visitaron a los antiguos depósitos de azúcar, y desde allí se dirigieron hasta la calle Obispo hasta la parada obligatoria en el Floridita, el verdadero termómetro de turismo en la capital cubana. No beba un daiquiri en el famoso bar Hemingway significado no en la Habana.

Ahora, en este camino, salpicado de tiendas, bares, discotecas, bares con música en el fondo, es un desierto desolado. «En diez días», dice Luis Manuel Pérez al Pais, «hemos perdido más de un 80 por ciento de los negocios». Como él, los otros 400 co-propietarios de los coches antiguos que viajan a la Habana, que están luchando para competir por los pocos turistas estadounidenses que han decidido venir a Cuba a través de un avión.

El decreto Trump ha cerrado el programa «pueblo a Pueblo», el creado por Barack Obama, cuando se inauguró el comienzo del deshielo. Para la frágil economía cubana, el 17 de compañías navieras de cruceros significó la llegada de la mitad de los turistas que visitaron la isla en el 2018 a través del mar. Las cancelaciones, confirmado por los propios dueños, los estadounidenses y los canadienses, sobre 800 mil de este año. Se desvanece así la meta de ser capaz de dar cabida, para este año, cinco millones de llegadas.

«No es cierto que la prohibición afecta el régimen», afirmó Luis, «nos perjudica a las pequeñas empresas y los empresarios. Incluso los conductores que estaban haciendo el recorrido de la parte vieja de la Habana a bordo de los coches de caballos remolcado por caballos están secos. Todos nosotros, tenemos que inventar otra. Como siempre».

el año pasado llegué a Cuba de 4,7 millones de turistas, de los cuales 800 mil a bordo del crucero. Los barcos de la izquierda al gobierno de 30 millones de euros en impuestos, los derechos de la litera y los porcentajes a los organismos del estado. «Pero si se toma en cuenta que esta ola ha llevado a la expansión de la economía de 3 mil millones de dólares,» piensa Juan Tirana, investigador del Centro de Estudios de Economía de la Habana, «el monto recaudado por el régimen no es nada».

los pasajeros de cruceros, usted sabe, es una muy mala turístico. Dormir a bordo, y consume poco. Pero los 100 dólares que gasta en promedio cada día terminan a los pequeños comerciantes y empresarios de bares y restaurantes. Las consecuencias se hacen sentir en este sector de la población que hace los trucos para activar los extremos: hoy puede contar con sólo $ 20.

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