Los primeros años de la vida de un niño están llenos de descubrimientos: los primeros pasos, las primeras palabras y, por supuesto, los primeros sabores. Esta exploración culinaria juega un papel vital en la salud, ya que influye en la aparición de alergias alimentarias más adelante en la vida.
En Francia en particular, se estima que entre el 6% y el 8% de los niños desarrollan una alergia durante los primeros cinco años de su vida, y esta prevalencia ha ido en aumento en los últimos años. Ante la preocupación de padres y médicos, los investigadores están tratando de entender los orígenes de este aumento para poner en marcha estrategias preventivas. Un estudio francés publicado en la revista Allergy destaca el papel de la diversificación alimentaria temprana para los niños.
Este trabajo, realizado por investigadores del INRAe en colaboración con el Centro de Investigación en Epidemiología y Estadística (Cress), el INED y el Hospital Universitario de Nancy, evaluó el impacto del retraso en la diversificación alimentaria en el desarrollo de alergias. Hasta 2005 se aconsejaba evitar los huevos antes de los 2 años y retrasar la introducción de cacahuetes o mariscos hasta los 3 años. Pero, en respuesta a varios estudios que sugerían un vínculo entre la diversificación alimentaria tardía y el riesgo de alergias alimentarias, Public Health France emitió nuevas recomendaciones en 2021: por lo tanto, se invitó a los padres a introducir todos los grupos de alimentos entre los 4 y los 6 meses, incluidos los alimentos alergénicos. como proteínas animales (huevo, pescado, leche) y vegetales (maní, trigo, etc.). Sin embargo, no se ha evaluado el efecto de estas nuevas medidas. Esto es lo que acaba de hacer este nuevo estudio francés.
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Para confirmar estas recomendaciones, los investigadores analizaron los hábitos alimentarios de más de 6.600 bebés de 2 meses, que hasta el momento no habían presentado ningún síntoma alérgico. “Rastreamos cuántos grupos de alérgenos entre huevos, pescado, lácteos y trigo consumía cada niño antes de los 10 meses. Contamos aquellos que, a los 5 años, habían desarrollado una alergia, lo que nos permitió estimar el riesgo de alergia alimentaria según la edad de introducción de los alimentos alergénicos”, explica Blandine de Lauzon-Guillain, directora del Centro de Investigación en Epidemiología y Estadística. de la Sorbona y coautor del estudio. Para el seguimiento, los investigadores pidieron a los padres que indicaran, en cuestionarios, los alimentos consumidos cada mes por su hijo hasta los 10 meses.
Resultado: solo el 62% de los niños había iniciado su diversificación alimentaria entre los 4 y 6 meses de edad. Los niños que no habían estado expuestos al menos a dos de los grupos de alérgenos antes de los 10 meses tenían el doble de riesgo de desarrollar alergias alimentarias hasta los 5 años, lo que afectaba a uno de cada diez niños. “Este resultado es problemático, porque muestra que retrasar la introducción de ciertos grupos de alimentos es potencialmente dañino”, comenta Jocelyne Just, profesora emérita y neumóloga-alergóloga del American Hospital de París.
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Una vez establecida, una alergia alimentaria se manifiesta de diferentes maneras de un niño a otro, desde trastornos digestivos hasta brotes de eccema. Sin embargo, algunas reacciones más graves, como un ataque de asma grave o angioedema, pueden tener consecuencias potencialmente mortales si no se controlan. En todos los casos, la calidad de vida del niño queda fuertemente impactada. Si la alergia es leve, puede ser reversible mediante la desensibilización, que consiste en reintroducir en la dieta dosis crecientes del alérgeno en cuestión. “Pero esto generalmente solo se refiere a las proteínas animales, advierte el profesor Just. En cuanto a los cacahuetes o frutos secos, es decir, los alérgenos de origen vegetal, la alergia suele ser persistente. El alergólogo también señala que, incluso para las proteínas animales, cuanto más tarde se reintroduzca, menores serán las posibilidades de curar la alergia.
Si bien existen ciertas predisposiciones genéticas a las alergias, este estudio demuestra que la diversificación alimentaria es un factor sobre el que se puede actuar. “Esperamos que estos resultados animen a los padres a diversificar la dieta de sus bebés de forma temprana, porque están en primera línea para prevenir este riesgo alérgico. Pero, para eso, es importante informarles mejor sobre estas recomendaciones, que siguen siendo muy poco conocidas en la actualidad”, enfatiza Blandine de Lauzon-Guillain.