«Tenemos que ir el doble de rápido». El Presidente de la República, que presentó este lunes los principales ejes de la «planificación ecológica», lo reconoció el domingo por la tarde en TF1 y France 2: es un paso de gigante que aún debemos dar para alcanzar nuestros objetivos climáticos. De hecho, Francia se ha comprometido (siguiendo el objetivo europeo) a reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero en un 55% en 2030 en comparación con 1990, antes de alcanzar la neutralidad de carbono en 2050.

Esto significa concretamente pasar de 403,8 millones de toneladas de CO2 equivalente emitidas en 2022 a 270 millones en 2030 (la medida “Mt CO2 eq” que tiene en cuenta todos los gases de efecto invernadero además del CO2, como el metano, nota del editor). En otras palabras, “hoy debemos lograr en siete años hacer más de lo que hemos hecho en los últimos treinta y tres años”, recuerda Matignon.

Ciertamente, la disminución de las emisiones se ha acelerado últimamente: «En los últimos cinco años, hemos reducido nuestras emisiones de CO2 al doble que los cinco años anteriores», saludó Emmanuel Macron. Si tomamos como referencia el mandato de su predecesor, François Hollande, la caída de las emisiones registrada entre 2012 y 2017 fue del orden del 5%, frente al 10% entre principios de 2018 y finales de 2022. Y según Según Citepa, la organización encargada de realizar el inventario francés de emisiones de gases de efecto invernadero, estas disminuyeron un 2,7% el año pasado, es decir, 10 millones de toneladas menos que el año anterior.

Pero este descenso no es atribuible sólo a cambios estructurales: se debe en gran medida al sector de la construcción (-14,7%) y, en particular, a una caída drástica del consumo de combustibles fósiles para calefacción, consecuencia directa de la invasión de Ucrania (y, por tanto, del aumento de los precios y exige sobriedad) y un invierno suave. Y a pesar de todo, este ritmo de descenso «sigue siendo insuficiente para alcanzar los objetivos de 2030», indicó el pasado mes de junio el Alto Consejo para el Clima (HCC), encargado de evaluar los esfuerzos de Francia en este ámbito. Por tanto, el país debe duplicar la tasa de reducción de sus emisiones hasta el -4,7% anual durante el período 2022-2030.

Para lograrlo, el gobierno pretende recurrir a una cincuentena de palancas que implican a todos los sectores emisores, como la construcción, la industria o la agricultura. Según Matignon, “la mitad de la caída prevista de las emisiones corresponde a las empresas, una cuarta parte a las autoridades públicas y una cuarta parte a los hogares”. Por ejemplo, el sector del transporte, el más contaminante de Francia, debe pasar de 129 millones de toneladas emitidas el año pasado a 92 millones en 2030.

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Para lograrlo, el gobierno planea aumentar el número de vehículos 100% eléctricos hasta el 15% en 2030 (frente al 1% actual), triplicar el uso de bicicletas y animar a 3 millones de automovilistas a elegir el transporte público en lugar del transporte público. coche, para incitar a siete millones de empleados a teletrabajar tres días a la semana, y a cinco millones de franceses a preferir más el turismo local… Desarrollos que tienen un coste, estimado en 60 mil millones de euros en inversiones adicionales por año hasta 2030 (la mitad de los cuales se destinará dinero público), según el informe del economista Jean-Pisani Ferry y la inspectora general de Finanzas Selma Mahfouz.