¿Serán los niños nacidos después de 2014 la primera generación libre de tabaco? Francia aún está lejos de este objetivo fijado en el último plan nacional de control del tabaco (2017-2022). Si bien el país aún tiene un 25% de fumadores diarios, la meta es caer por debajo de la marca del 5% para 2032. Perspectiva a largo plazo”, dijo Emmanuelle Béguinot, directora del Comité Nacional de Lucha contra el Tabaco (CNCT).
Tras estudiar la literatura científica y la experiencia de países extranjeros, la asociación ha identificado una serie de medidas eficaces para reducir aún más el consumo de tabaco. Su coste financiero se estima en 140 millones de euros al año. La CNCT espera que estas propuestas, recogidas en un libro blanco en noviembre, se incluyan en el nuevo plan de control, para el período 2023-2027, que el Gobierno anunciará próximamente. «Algunas pistas no están destinadas sino a implementarse de inmediato, pero deben ser consideradas y preparadas aguas arriba, porque son esenciales», subraya Emmanuelle Béguinot. Resumen de las principales medidas.
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El aumento de los impuestos, por encima del nivel de inflación, se considera la herramienta más eficaz para reducir el tabaquismo. La CNCT recomienda continuar con esta política, previendo un aumento continuo de la tributación del 10% anual. Esta estrategia debe ir acompañada de un alineamiento entre productos para evitar transferencias de consumo. Por ejemplo, el «tabaco calentado» -un nuevo producto que genera una combustión incompleta, el más conocido de los cuales es el «Heets» de Philip Morris- ahora se grava menos que los cigarrillos. Por lo tanto, se vende a un precio más atractivo.
Con base en la observación de que la industria tabacalera tiene como prioridad a los más jóvenes, la CNCT recomienda endurecer las regulaciones elevando la edad legal para la venta de productos de tabaco a 21 años, y luego prohibiendo todo acceso a esta sustancia a las personas nacidas después de 2014. “La Actualmente, el primer cigarrillo se fuma en promedio a los 14 años”, comenta Emmanuelle Béguinot. Para garantizar la eficacia de la medida, la CNCT recomienda endurecer las sanciones a los estancos que infrinjan la ley, en particular eliminando las subvenciones que se les otorgan.
El libro blanco aboga por la prohibición de los filtros, que son perjudiciales para la salud y el medio ambiente. Según Emmanuelle Béguinot, “al contrario de lo que creen muchos fumadores, este dispositivo no los protege. Incluso puede tener el efecto perverso de mantener una falsa sensación de seguridad. Al igual que con los cigarrillos light, el consumidor corre el riesgo de tener que inhalar más fuerte para obtener su dosis de nicotina». Al enmascarar la acritud del producto, el filtro también promueve la iniciación. Además, estos trocitos de plástico son una lacra para el medio ambiente: 4.500 billones de colillas de cigarro son arrojadas a la naturaleza cada año en el mundo.
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Una de las formas de «desnormalizar» los cigarrillos, es decir, de combatir su atractivo, es prohibir su uso en lugares públicos. En este punto, la CNCT aboga por la generalización de las experiencias realizadas aquí y allá en los últimos años. Así se podría decretar la prohibición de fumar a nivel nacional en playas, terrazas al aire libre, parques o estadios. “Estos espacios libres de tabaco cuentan con un claro apoyo de la opinión pública”, señalan los expertos. También se espera un esfuerzo de sensibilización en el mundo de la cultura, en particular del cine y la moda, que contribuyen a la banalización del tabaquismo.
La asociación aboga por un mejor reembolso de los sucedáneos de la nicotina (parches, chicles, etc.) y por el fortalecimiento de los servicios de ayuda a la abstinencia. Según la CNCT, apoyar a los fumadores durante el abandono del hábito «debe seguir siendo una prioridad». El esfuerzo debe centrarse en los grupos vulnerables, en particular las mujeres embarazadas, las personas vulnerables, los pacientes psiquiátricos y los reclusos. Experimentan «una doble desigualdad frente al tabaquismo»: su consumo de tabaco es significativamente superior a la media y encuentran más dificultades para dejar de consumir o para acceder a los servicios sanitarios.
“La industria tabacalera asume solo una ínfima parte de los grandes costos que ocasiona a la comunidad”, señala la CNCT, que considera imperativo involucrarla. El principio de quien contamina paga debería conducir a la prohibición de los cigarrillos electrónicos desechables y los cigarrillos calentados, todos los cuales acaban como residuos.