Un mar Mediterráneo tan frío como las aguas de Bretaña. Esta es la asombrosa observación elaborada este fin de semana por La Chaîne Météo*. Con 13,2°C registrados cerca de La Ciotat o 15,2°C en Marsella, la natación promete ser helada para los agustinos. Un fenómeno tanto más preocupante cuanto que ocurre poco menos de dos semanas después de un episodio de “ola de calor marina”. El 25 de julio, el Instituto de Ciencias del Mar de Barcelona anunció que la temperatura del mar Mediterráneo había alcanzado los 28,71 °C, un récord para el período 1982-2023.
En el espacio de unos pocos días, la temperatura del agua bajó más de 10 grados. “Esto se explica por el fenómeno del afloramiento”, avanza Alexandre Isgro, meteorólogo de La Chaîne Météo. Detrás de este anglicismo se esconde un mecanismo simple: cuando el viento sopla desde la tierra hacia el mar, el agua superficial -calentada por el sol- es empujada mar adentro. Esta es reemplazada inmediatamente por agua de las profundidades, que es mucho más fría. “El mistral empujó el agua caliente mar adentro, lo que creó un vacío, que luego fue reemplazado por un afloramiento de agua fría. El agua fría tarda en calentarse, estamos presenciando temperaturas inusuales para la temporada”, añade el meteorólogo.
Este fenómeno “no es normal en esta época”, insiste Alexandre Isgro, quien recuerda que las temperaturas del Mediterráneo en esta temporada oscilan entre los 20 y los 22°C. “El punto positivo es para la fauna marina, para quienes el enfriamiento del mar es una bendición”, afirma el meteorólogo. Se espera que las temperaturas del Mediterráneo aumenten el fin de semana con “la parada del mistral y la llegada de corrientes cálidas”, nuevamente según Alexandre Isgro.
*La Chaîne Météo es propiedad del grupo Le Figaro.