“El terremoto que devastó Marruecos el viernes 8 de septiembre tuvo una magnitud de 6,8 en la escala de Richter”. ¿Nada te sorprende? Sin embargo, esto es lo que aprendimos en la escuela: la fuerza de un terremoto se mide en la escala de Richter. En realidad, los científicos ya no utilizan este método obsoleto.

Desarrollado en 1935 por el sismólogo estadounidense Charles Francis Richter, este método de cálculo intentaba medir la potencia de un terremoto de forma más matemática. Antes más bien evaluábamos en función de los daños, lo que estaba lejos de ser preciso. Un terremoto pequeño pero cuyo epicentro estuviera cerca de la superficie y bajo una ciudad podría, por ejemplo, causar muchos más daños que otro más potente pero más alejado de los hogares y más profundo.

Lea también: “Para los sismólogos, el terremoto de anoche en Marruecos no es una sorpresa”

La escala de Richter supone, por tanto, un gran avance para el estudio de los terremotos, pero rápidamente resulta imprecisa. Mide la amplitud de las ondas sísmicas a 100 kilómetros de su origen, explica el Instituto de Física del Globo de París. Pero sólo está calibrado para el tipo de suelo presente en el sur de California -donde Richter estudió los terremotos- y sólo para mediciones realizadas con un tipo específico de sismógrafo.

Los sismólogos ahora utilizan la magnitud del momento, Mw. «Mide la energía liberada por el terremoto», explica a Le Figaro Robin Lacassin, director de investigación del Instituto de Física del Globo de París. «Esto está directamente relacionado con la ruptura sísmica y el deslizamiento que se produjo en la falla durante el terremoto». Una medida más precisa que la escala de Richter, porque “sólo una parte, la energía sísmica, se dispersa en forma de ondas sísmicas; el resto de la energía provoca fracturas, desplazamientos y calor por fricción”, especifica la ENS Lyon. El terremoto que sacudió Marruecos tuvo, por tanto, una magnitud de 6,8 puntos.

La magnitud del momento, sin embargo, da un orden de magnitud bastante cercano a la escala de Richter, al menos para los terremotos menos poderosos. Estas dos escalas son logarítmicas, lo que significa que la potencia del terremoto se multiplica de un nivel al siguiente. Por tanto, un terremoto de magnitud 6 es 30 veces más fuerte que un terremoto de magnitud 5. Es el mismo principio que para los decibeles.