La respuesta no se hizo esperar. Sudáfrica se comporta como “el brazo legal de la organización terrorista Hamás”, criticó este jueves el Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. «Sudáfrica busca permitir que Hamas vuelva a cometer crímenes de guerra, crímenes contra la humanidad y crímenes sexuales que perpetraron repetidamente el 7 de octubre», según la declaración del ministerio.
El Estado judío estaba reaccionando a las acusaciones de Sudáfrica de que estaba violando la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio. Ante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), Pretoria afirmó que ni siquiera el ataque de Hamás del 7 de octubre podía justificar tales supuestas violaciones en Gaza. Sudáfrica recurrió urgentemente al Tribunal de La Haya para ordenar a Israel que «suspenda inmediatamente sus operaciones militares» en la Franja de Gaza, un enfrentamiento jurídico histórico calificado de «absurdo» y «atroz» por Israel.
“Ningún ataque armado al territorio de un Estado, por grave que sea (…) puede justificar una violación de la Convención”, afirmó el ministro de Justicia sudafricano, Ronald Lamola, ante la Corte, máximo tribunal de la ONU . «La respuesta de Israel al ataque del 7 de octubre cruzó esta línea y dio lugar a violaciones de la Convención», argumentó ante los quince magistrados de la CIJ presentes en la audiencia, retransmitida públicamente por enlace de vídeo.
La guerra entre Israel y Hamás fue desencadenada por un ataque sin precedentes el 7 de octubre por parte del movimiento islamista palestino Hamás en suelo israelí que dejó alrededor de 1.140 muertos, en su mayoría civiles, según un recuento de la AFP basado en el balance israelí. En represalia, Israel prometió “aniquilar” a Hamás en el poder en Gaza y lanzó una ofensiva en este territorio palestino que dejó al menos 23.357 muertos, en su mayoría mujeres, adolescentes y niños, según cifras publicadas el miércoles por el Ministerio de Salud de Hamás.
Según Pretoria, Israel está incumpliendo los compromisos asumidos en virtud de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Genocidio, firmada en 1948 tras el Holocausto. La campaña de bombardeos de Israel tiene como objetivo «la destrucción de vidas palestinas» y empuja a los palestinos «al borde de la hambruna», afirmó la abogada sudafricana Adila Hassim. “Los genocidios nunca se declaran por adelantado, pero este tribunal tiene el beneficio de las últimas 13 semanas de evidencia que muestra indiscutiblemente un patrón de comportamiento e intención que justifica una acusación plausible de actos genocidas”, afirmó.
Como cosignatario del tratado, Pretoria puede demandar a Israel ante la Corte Internacional de Justicia, que dictamina sobre disputas entre estados. El Congreso Nacional Africano (ANC), en el poder en Sudáfrica, apoya desde hace mucho tiempo la causa palestina. El ex presidente sudafricano y héroe de la lucha contra el apartheid Nelson Mandela dijo que la libertad de Sudáfrica sería “incompleta” sin la de los palestinos.
Pretoria también indicó que era «plenamente consciente» del «particular peso de la responsabilidad» que representa acusar a Israel de violar la Convención sobre el Genocidio y condenó «inequívocamente» el ataque de Hamás del 7 de octubre.
Israel hablará ante la CIJ el viernes, pero su presidente ya ha declarado que no hay “nada más atroz y absurdo” que las acusaciones de Pretoria. “Estaremos ante la Corte Internacional de Justicia y presentaremos con orgullo nuestro caso de legítima defensa (…) bajo el derecho internacional humanitario”, añadió Isaac Herzog. Según él, el ejército israelí está «haciendo todo lo posible, en circunstancias extremadamente complicadas sobre el terreno, para garantizar que no haya consecuencias no deseadas ni víctimas civiles».
Estados Unidos apoya a su aliado Israel y cree que las acusaciones formuladas por Pretoria son “infundadas”. «De hecho, son aquellos que atacan violentamente a Israel los que continúan pidiendo abiertamente la aniquilación de Israel y la masacre de judíos», dijo el portavoz del Departamento de Estado, Matthew Miller.
