Le Figaro Niza
En su discurso de política general del 30 de enero, Gabriel Attal prometió una flexibilización de la ley SRU. El efímero Ministro de Educación Nacional, entonces recién nombrado en Matignon, había propuesto incluir una parte de las viviendas intermedias, destinadas a la clase media, en la cuota del 25% de viviendas sociales que deben cubrir los municipios. El viernes, el ministro de Vivienda, Guillaume Kasbarian, presentó al Consejo de Ministros su proyecto de ley destinado a reformar la ley SRU (Solidaridad y renovación urbana), en vigor desde 2000.
Este reajuste de la ley debería permitir a los “malos estudiantes”, lejos del 25%, mejorar su puntuación, compensando al mismo tiempo las deficiencias reales en términos de acceso a la vivienda para la clase media. “El que hoy es demasiado rico para acceder a una vivienda social y al mismo tiempo demasiado joven y demasiado pobre para comprar inmuebles”, resume Jean Leonetti, alcalde (LR) de Antibes (Alpes Marítimos). Buenas noticias para muchos cargos electos locales, para quienes la ley de tres letras suele ir acompañada de fuertes multas, debido a objetivos considerados inalcanzables. Para toda la metrópolis de Niza, por ejemplo, el importe de las sanciones ascendió en 2023 a casi 16 millones de euros, de los cuales 10 millones sólo para la ciudad de Niza. “Un fraude estatal que no regula nada sobre el problema fundamental”, según su presidente, el alcalde, Christian Estrosi.
Jean Leonetti es uno de los que abogan por “romper la rigidez de la ley SRU”. En el consejo municipal del viernes 26 de abril, el ex ministro y diputado aprobó una moción para que su municipio y el territorio de la Comunidad Urbana (Casa) Sophia Antipolis, que él preside, postulen para un experimento. “Las palabras de Gabriel Attal (en su discurso del 30 de enero, nota del editor) nos convienen porque corresponden exactamente a la situación en Sophia Antipolis. Por un lado, somos los mejores estudiantes del departamento en términos de vivienda social, incluso hemos superado la deficiencia en Antibes, y por otro lado tenemos esta clase media que no puede encontrar alojamiento”, explica en Figaro. “A menudo se trata de parejas con hijos, que tienen salarios perfectamente decentes pero que no tienen capacidad de compra inmediata. Por tanto, se ven obligados a gastar entre 1.500 y 2.000 euros al mes en alquiler en viviendas gratuitas, donde el metro cuadrado alcanza los 22 euros”, lamenta. Mientras que en el sector intermediario, el precio del alquiler por metro cuadrado tiene un tope de 14 euros. “Estamos hablando de propiedad pero también podríamos alquilar de la misma forma. Porque entre estas clases medias hay trabajadores que se mudan cada dos o tres años”, continúa Jean Leonetti.
El hecho es que en la propuesta (aún vaga) de Guillaume Kasbarian, los mecanismos de la ley SRU no deberían cambiar fundamentalmente. El objetivo del 25% de vivienda social (HLM) podría mantenerse, al igual que las sanciones en caso de incumplimiento. De hecho, la futura ley daría a los alcaldes la posibilidad de incluir una cuarta parte de las viviendas intermedias en los objetivos de nueva construcción. El alcalde de Antibes también quiere tranquilizar a los promotores: “Paradójicamente, este no es un proyecto contra los constructores, sino todo lo contrario. Permite que la construcción continúe expandiéndose. Cuando vemos a un promotor le decimos que debe integrar en su proyecto un 40% de vivienda social y un 10% de acceso a la propiedad. Depende de él completar la mitad restante. Sin embargo, hoy en día ya no es posible vender rápidamente debido a la inflación, el aumento de los precios y de los tipos de interés. Pero si mañana le ofrecemos viviendas intermedias, que le garantizan el 70% de la oferta, podrá salir de proyectos que, tal como están, siguen en trámite”. Sería, dijo, una situación en la que todos saldrían ganando entre una comunidad que se está acercando a las cuotas obligatorias, una clase media tomada en cuenta y un sector de la construcción que está recuperando color.
Junto con el diputado de LR por la circunscripción, Éric Pauget, Jean Leonetti escribió al inquilino de Matignon y a su Ministro de Vivienda para que el territorio de la Casa se convierta en uno de los “pilotos de la medida”. El concejal de Riviera considera que se trata de una “muy buena oportunidad que hay que aprovechar”. Es también una forma de apoyar a las clases medias que son “uno de los elementos de estabilidad del país en términos de dinámica de actividad y en el pago de impuestos”, recuerda. «Tenemos que trabajar para estas clases medias, que son particularmente representativas del territorio de la Casa, eso es seguro», añade el diputado Pauget. “Y luego, si en el PLH (programa local de vivienda, nota del editor) incluimos una parte de viviendas intermedias que el Estado puede mejorar, es aún más interesante”, observa. Este último mantiene la esperanza de que pronto llegue a los escaños de la Asamblea Nacional un texto que combine “las acciones con las palabras”.