Israel y el movimiento islamista palestino Hamás han vuelto a mostrar su profundo desacuerdo con vistas a una tregua en la guerra en Gaza, enfriando las discusiones que se reanudaron el domingo en El Cairo. Benjamín Netanyahu reafirmó este domingo que “Israel no puede aceptar” las exigencias de Hamás de detener la guerra. “Cuando Israel muestra su buena voluntad, Hamás persiste en sus posiciones extremas, liderada por su exigencia de la retirada de nuestras fuerzas de la Franja de Gaza, el fin de la guerra y la preservación de Hamás. Israel no puede aceptar esto”, declaró Benjamín Netanyahu durante un consejo de ministros.
Según una fuente de Hamás, el domingo se reanudaron las conversaciones entre el movimiento islamista y los mediadores qataríes y egipcios. Hamás insiste en sus demandas: “un cese total de la agresión israelí” y “la retirada” de las fuerzas israelíes de Gaza. Condiciones rechazadas por Israel, que considera a Hamás una organización terrorista junto con Estados Unidos y la Unión Europea, y que prometió destruir el movimiento islamista tras el atentado del 7 de octubre.
La víspera, durante una primera ronda de conversaciones celebrada el sábado en El Cairo en presencia de una delegación de Hamás encabezada por Khalil al-Hayya y representantes de los mediadores, Israel y el movimiento palestino se acusaron mutuamente de obstaculizar cualquier acuerdo. Un funcionario de Hamás reiteró, bajo condición de anonimato, que su movimiento “bajo ninguna circunstancia aceptaría un acuerdo que no prevea explícitamente el fin de la guerra” en Gaza. Benyamin «Netanyahu personalmente está retrasando un acuerdo», dijo a la AFP el sábado por la tarde sobre el primer ministro israelí acusado anteriormente por Hamás de obstaculizarlo con sus amenazas públicas por un ataque en Rafah, una ciudad superpoblada en el sur de la Franja de Gaza.
La oferta de los mediadores – Qatar, Egipto y Estados Unidos – presentada a Hamás a finales de abril prevé una tregua temporal asociada a la liberación de los prisioneros palestinos a cambio de la de los rehenes secuestrados durante el ataque del 7 de octubre.