Comúnmente prescritos antibióticos como la claritromicina y la eritromicina (y todos los demás miembros de la clase de los macrólidos) están asociados con un mayor riesgo de defectos de nacimiento, por ejemplo, enfermedades del corazón, si se toman en los primeros tres meses de embarazo.Esto fue revelado en un estudio de Ruth Gilbert, de la Universidad College de Londres, publicado en el British Medical Journal.

Ya en el pasado, otros estudios han planteado la sospecha de que los macrólidos son potencialmente peligrosas en el embarazo. En este trabajo, se han involucrado bien 104.605 los niños nacidos en Gran Bretaña entre los años 1990 y 2016 de las mujeres a quienes se les prescribió o la penicilina o a uno de los macrólidos por una infección bacteriana en el embarazo. Los investigadores consideran todos los defectos congénitos del bebé, y trastornos del desarrollo que ocurren en los años venideros.