Tapas

Después de su contundente cuádruple (C1, Copa, Premier League, Supercopa de la UEFA), los Skyblues concluyeron su magnífico año 2023 con un quinto trofeo, el Mundial de Clubes. Una novedad para el club inglés, que no tembló desde el primer minuto hasta los últimos instantes. Superiores en todos los ámbitos del juego, aplastaron físicamente a sus oponentes que nunca encontraron la solución. Las ausencias de Haaland, De Bruyne y Doku no habrán molestado en absoluto al campeón de Europa.

Pep Guardiola es un hombre feliz: el exitoso ex entrenador del Barça y del Bayern de Múnich se convirtió en el primer entrenador en ganar la competición con tres clubes diferentes, tras sus dos coronaciones con el club catalán (2009, 2011) y el Baviera (2013). Suficiente para dejar un poco más de su huella en la historia de los entrenadores.

En una estadística sorprendente, el Manchester City se convirtió en el primer equipo inglés en ganar el Mundial de Clubes en su primer intento. En el pasado, Manchester United (2000), Liverpool (2005) y Chelsea (2012) habían fracasado en sus primeras apariciones.

En ausencia de Haaland, Álvarez asumió como gatillo de su equipo. El argentino encarriló a su equipo abriendo el marcador en el primer minuto de juego, como un auténtico zorro de superficie (1º), y cerrando el marcador poco antes del final del partido (87º) con un centro imparable. El número 9, de 23 años, también ofreció una asistencia a Foden (72º). En definitiva, una copia perfecta.

fracasos

Desde 2012, y un revés del Chelsea ante el Corinthians (0-1), los equipos del Viejo Continente ya no dejan ganar a un equipo de otro continente. El club carioca nunca estuvo en condiciones de hacerlo este viernes: dominado totalmente en todas las zonas del juego, nunca trajo peligro al área de Ederson. El paso era demasiado alto.

¿Por qué esforzarse cuando puede hacerlo simple? Los Cityzens tuvieron un paseo por el parque y nunca necesitaron ganar el juego para ganar por un amplio margen. Los espectadores, sin embargo, pueden lamentar la falta de intensidad, lejos de los frenéticos partidos de la Premier League o la Champions League. El partido, disputado en Arabia Saudita con mucha humedad y casi 30 grados, no ayudó.