El ex entrenador del PSG había sido acusado de “acoso moral y discriminación por pertenencia a un grupo étnico, una nación, una supuesta raza o religión”, contra jugadores musulmanes, durante su visita a Niza. Relajado el 21 de diciembre ante el tribunal penal de Niza, el ahora entrenador del Al-Duhail de Qatar, asegura en el diario deportivo que fue víctima de “venganza” e “infamia”. El técnico agradece de paso el apoyo, en particular del emir Tamim ben-Hamad al-Thani, del presidente parisino Nasser al-Khelafi y de Luis Campos, pero también de Jean Pierre Rivère y Sir Jim Ratcliffe en Niza: “Fueron de gran ayuda El consuelo para mi familia y su constante apoyo me tranquilizaron en el hecho de que era víctima de venganza. Esta tesis de la venganza no es la mía. Así consta en la sentencia judicial”. Y el técnico agregó: “Fue una infamia. Finalmente, me sentí total y finalmente relajado. La justicia ha establecido mi inocencia. Sin duda. Por eso estoy feliz. Las acusaciones contra mí no tenían sentido. El recorrido de mi vida, como jugador y como entrenador es testimonio de ello. Cuando leo los hechos que se me imputan, afortunadamente no soy yo quien conduce. No estoy en ninguna condición. El racismo y la discriminación no forman parte de mi software porque crecí en un entorno multicultural (en Marsella) y evolucioné, a lo largo de mi carrera, en ese entorno. Todo eso no es parte de quién soy. Por lo tanto, fue una verdadera sorpresa que se le remitiera ante el tribunal penal por tales motivos. Esta es una de las pruebas de mi vida”
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