La fantasía, lo que hace creíble un caracol que sale de un limo en el suelo de la casa de las Hadas, Turquía, y el realismo, un país pobre, con la gente que se muere de hambre, Pinocho a Matteo Garrone (en el hall el 19 de diciembre de 600 copias, luego crecen hasta Navidad), nos habla de la magia de una marioneta que, después de muchas vicisitudes se convierte en un niño, fiel al clásico de Carlo Collodi, que tiene 137 años, pero sigue siendo el libro más traducido en el mundo después de la Biblia.»Yo tenía 6 años cuando empecé a dibujar Pinocho – dice el director de Gomorra, y Dogman que, por primera vez con una película que se ve al público de los muy jóvenes, como director fue difícil resistirse a la tentación: yo tenía compañeros de viaje extraordinario, actores y colaboradores que han dado todo a la película. Esta película pertenece a mí en cada fotograma, pero yo quería que fuera una película popular para todos, como lo fue la obra de Collodi; para todas las clases y para todas las edades. Queríamos encontrar un gran clásico, tan vivo en la memoria colectiva, pero nuestro reto era sorprender y encantar a la audiencia. Estamos mirando adelante a, ¿qué dirá el público, se llevará a los espectadores para que nos diga si hemos ganado la apuesta».