Le Figaro Niza
El giro continúa y se confirma respecto de la playa flotante “Isla Canua”. Durante un tiempo, los fundadores de esta isla recreativa de la Costa Azul se vieron apoyados por los tribunales para obtener los permisos necesarios para su explotación. Después de que el tribunal administrativo de Niza ordenara a las autoridades expedir documentos útiles para la navegación y el armamento – y por tanto reconociera la obstrucción – el gobierno, que se opone a este proyecto, recurrió al Consejo de Estado. Para Christophe Béchu, Ministro de Transición Ecológica, y Hervé Berville, Secretario de Estado del Mar adjunto al Primer Ministro, era el último recurso posible contra esta barcaza.
Pero la decisión adoptada el lunes demuestra una vez más que Marc Audineau y Tony Philp, cofundadores del proyecto, tienen razón. “No se admite el recurso del Primer Ministro”, afirma el documento consultado por Le Figaro. «Ninguno de estos medios permitiría admitir el recurso», se lee todavía en la solicitud redactada por Matignon. Por lo tanto, el enfoque del gobierno ni siquiera ha sido estudiado en mayor profundidad. “Lo sospechábamos porque estamos en todo nuestro derecho, siempre hemos sido legales”, afirma Marc Audineau, también ex campeón de Francia de vela ligera. Para él, “todo esto es lógico porque somos un barco como cualquier otro”.
Este trimarán gigante de 1.750 m2 distribuidos en dos plantas puede albergar hasta 350 personas para que puedan disfrutar de servicios de restauración, tumbonas y también de diversas actividades acuáticas, todo ello en mar abierto. Si los cofundadores se enorgullecieron desde el principio de ser «el barco más limpio del Mediterráneo», la idea no gustó mucho a Renaud Muselier, el presidente renacentista de la región de Provenza-Alpes-Costa Azul, y a los ministros interesados. La “Isla Canua” no pudo abrir el verano pasado y Marc Audineau tiró la toalla a medias denunciando “una vendetta política”. Sin embargo, ante los tribunales había iniciado gestiones que hoy resultaron a su favor.
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Aún amarrado en el puerto de La Seyne-sur-Mer, cerca de Toulon (Var), la “Isla Canua” ya podía navegar. “Explotaremos el barco a partir de abril de 2024 en la Costa Azul”, anunció Marc Audineau en Le Figaro y tras una conversación con los accionistas la semana pasada. Durante un tiempo se planteó la cuestión de si preferir esta actividad en el extranjero, aunque el fundador, afincado en Cannes, prefería quedarse en los Alpes Marítimos y sus populares bahías. “Iremos a distintos lugares y fondeaderos”, precisa, quien dice estar “encantado” con esta última decisión judicial. Ya se están estudiando tres citas de eventos, añade.
Sin embargo, aún podría presentarse un nuevo recurso sobre el permiso de armas, concedido por el tribunal administrativo en noviembre. En el set de France 3 Costa Azul a principios de diciembre, el nuevo prefecto de los Alpes Marítimos, Hugues Moutouh, expresó este deseo. «No creo que darle a una barcaza la oportunidad de anclar en alta mar para organizar fiestas sea realmente respetuoso con el medio ambiente», explicó. Contactada, la prefectura de Alpes Marítimos finalmente indica que no presentará recurso alguno sobre el permiso de armas, el último sésamo.
A partir de ahora, la sociedad “Canua Island”, a través de la voz de su abogado Emmanuel Vital-Durand, pretende recuperar las pérdidas económicas provocadas por la inactividad del verano pasado.