Con motivo del Día Internacional Anticorrupción, el gobierno anunció que estaba trabajando en “nuevas medidas” para combatir la corrupción. Así lo afirmó este sábado el ministro de Economía y Finanzas, Bruno Le Maire, en la red social X (antes Twitter).

“La corrupción es el gusano que puede pudrir el fruto de la democracia. Esto es lo que socava toda confianza en nuestras instituciones democráticas, en nuestras empresas y en nuestras relaciones diarias. A veces puede facilitar actividades delictivas”, escribió el inquilino de Bercy.

Desde la elección de Emmanuel Macron como presidente en 2017, «hemos reforzado nuestros sistemas de prevención y detección de violaciones de la integridad gracias a los programas de cumplimiento llevados a cabo por la Agencia Francesa Anticorrupción» (AFA), insistió el ministro. “Queremos continuar en esta dirección. A principios del próximo año tendremos la oportunidad de anunciar nuevas medidas sobre este tema” con el Ministro de Justicia Éric Dupond-Moretti y el Ministro de Cuentas Públicas Thomas Cazenave, concluyó.

Preguntada por la AFP, la oficina de Bruno Le Maire indicó que estaba trabajando «en medidas destinadas a prevenir mejor la corrupción en el sector empresarial pero también en el sector público». «Esto podría implicar, por ejemplo, reforzar los controles de la AFA en determinados sectores definidos como sensibles, o elevar nuestro nivel de exigencia en materia de violaciones a la probidad modificando el actual arsenal jurídico», dijo -aún detallamos en Bercy-.

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En 2016, la ley llamada “Sapin 2” creó, en particular, el Convenio Judicial de Interés Público (CJIP), que permite a las empresas sospechosas de violar la integridad escapar de la persecución penal pagando una multa. En una entrevista con el diario Le Monde, la directora de la AFA, Isabelle Jégouzo, subrayó el sábado que “desde 2016, se han firmado veinte CJIP con la Fiscalía Financiera Nacional”.

Empresas icónicas como McDonald’s, Google o LVMH han sido sancionadas, aunque estas multas negociadas no equivalen ni a una admisión de culpabilidad ni a una condena. “Hasta ahora, hemos hecho poco uso de nuestro poder sancionador”, afirmó Isabelle Jégouzo. «Pero después de siete años, podemos estimar que el trabajo educativo se ha hecho ampliamente con las grandes empresas y que podemos utilizar este poder de sanción», añadió.

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El director de la AFA también pidió “ir más allá en la sensibilización de las pequeñas y medianas empresas”, “no sujetas directamente a la ley Sapin 2”. Por último, Isabelle Jégouzo quiere abordar la corrupción de “baja intensidad”. Consiste, por ejemplo, en pagar “unos cientos o miles de euros” a un funcionario público para que consulte expedientes confidenciales, ilustró. Desde 2016, los casos relacionados con esta corrupción de “baja intensidad”, según ella, “aumentaron un 46%”.

En una encuesta en línea realizada a finales de octubre entre 1.500 personas y publicada el sábado, el 87% de los encuestados dice tener la sensación de que las personas que ejercen el poder o responsabilidades importantes son corruptas, ya sean pequeñas (44%) o grandes (43%). ) parte de ellos. En esta encuesta Toluna/Harris Interactive realizada para la Fundación Jean Jaurès y el movimiento Transparencia Francia, más de una cuarta parte de los franceses (26%) afirman que ya les han pedido personalmente que donen una suma de dinero o un regalo valioso en un administración pública para obtener un servicio”.

“Los franceses lo tienen claro: piden más”, comenta Patrick Lefas, presidente de Transparencia Internacional Francia, citado en un comunicado del movimiento anticorrupción. “Más ejemplaridad, más transparencia en la vida pública, más recursos para la justicia financiera y más denunciantes”, enumera.