Según un estudio, Alemania sigue estando entre los líderes mundiales en once sectores. Además de los coches, también hay varias sorpresas. Sin embargo, hay una tendencia preocupante: Alemania tiene mucho trabajo por hacer si quiere contrarrestar esto.
La industria alemana va mal, las empresas se están alejando; muchas de las noticias sobre la situación económica en este país no se caracterizan por el optimismo. Sin embargo, el estudio realizado por el instituto de investigación Prognos para el periódico Handelsblatt da esperanzas. Alemania es de clase mundial en once sectores. Prognos está orientado a las exportaciones globales.
En este contexto, Weltklasse significa que Alemania es uno de los tres países que más exportan en esta categoría. Los datos utilizados para ello proceden de 2022 (cuota de exportación mundial) y 2020 (fuerza innovadora y profundidad del valor añadido). Esto se debe a que se necesitan datos comparativos de otras economías, que aún no están totalmente disponibles.
Además de los sectores en los que Alemania es, como se esperaba, uno de los mejores del mundo, en la lista también hay algunas sorpresas. Entre ellos se encuentran, por ejemplo, la industria del vidrio y la cerámica, así como la industria farmacéutica, en la que Alemania es incluso líder mundial en exportaciones. Alemania se encuentra entre los 3 primeros en los siguientes sectores:
1. Construcción de vehículos
1. Farmacéutica
2. Alimentos, bebidas, tabaco.
2. Madera, papel, imprenta.
2. Caucho y plástico
2. Vidrio y cerámica
2. Productos metálicos
2. Equipo eléctrico
2. Ingeniería mecánica
3. química
3. Otras construcciones de vehículos
La profundidad del valor añadido, es decir, la proporción en la que una industria produce piezas individuales para sus propios productos, es constante en comparación con el año 2012, que se utilizó como referencia. Los investigadores afirman que no hay señales de que Alemania esté transformándose en la llamada «economía de bazar». «Alemania nunca fue una economía de bazar», explica Michael Böhmer, economista jefe de Prognos, al «Handelsblatt», «y no lo será porque el término se retoma cada pocos años».
Sin embargo, Alemania también está amenazada por la adversidad. La fuerza innovadora, que se mide por el número de patentes relevantes registradas en todo el mundo, tiende a disminuir. «Algo ha empezado a deslizarse aquí y será muy difícil detenerlo si no tomamos contramedidas a tiempo», advierte Böhmer.