El ejército estadounidense anunció el miércoles 6 de diciembre que prohibiría volar a su avión Osprey “como medida de precaución” después de varios accidentes mortales que le afectaron; el más reciente mató a ocho soldados estadounidenses en Japón a finales de noviembre. El jefe del Mando de Operaciones Especiales del Ejército del Aire «decidió suspender las operaciones» de estos aviones militares, que pueden despegar y aterrizar verticalmente como un helicóptero y volar como un avión, según un comunicado.

Otro comunicado de prensa de la Armada indica que la decisión se aplica también “como medida de precaución” a sus aviones. La decisión de la Fuerza Aérea se tomó «para limitar los riesgos mientras continúa la investigación» sobre las causas del fatal accidente ocurrido frente a la costa del suroeste de Japón el 29 de noviembre, señala el texto. «Si les premiers éléments de l’enquête indiquent qu’un défaut matériel a provoqué l’accident, la cause sous-jacente à ce défaut n’est pas connue à ce jour», dit encore le communiqué du commandement des opérations spéciales de l ‘Ejército del Aire. La puesta en tierra de estos aviones, también llamados CV-22, “liberará tiempo y espacio para una investigación completa que determine las causas y establezca recomendaciones para que la flota de CV-22 del Ejército “por aire pueda volver a volar”, añade.

Tras el accidente del 29 de noviembre, Japón suspendió los vuelos de sus propios Ospreys y pidió al ejército estadounidense que hiciera lo mismo en territorio japonés, como medida de precaución.