Un tribunal iraní ordenó al gobierno estadounidense pagar casi 50 mil millones de dólares en daños y perjuicios por asesinar al general Qassem Soleimani en 2020 en Irak, anunció el tribunal el miércoles 6 de diciembre.

Esta condena se produce casi cuatro años después de la muerte, el 4 de enero de 2020, del comandante de la fuerza Al-Quds, responsable de las operaciones exteriores de la Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico de la República Islámica, asesinado en un ataque con aviones no tripulados estadounidenses en Bagdad. El presidente Donald Trump dijo en ese momento que ordenó el ataque en respuesta a los ataques a los intereses estadounidenses en Irak. En respuesta, Irán disparó misiles contra bases que albergaban a soldados estadounidenses en Irak.

“Tras la denuncia presentada por 3.318 compatriotas de todo el país (…), un tribunal de Teherán condenó al gobierno estadounidense a pagar un total de 49 mil millones 770 millones de dólares en concepto de daños morales y materiales”, indicó la agencia del Poder Judicial Mizan. En línea. El tribunal declaró culpables a 42 personas y entidades, entre ellas Donald Trump y funcionarios de su administración, según Mizan.

Esta condena se produce mientras Teherán acusa a Washington de ser “cómplice” de Israel en su guerra emprendida en la Franja de Gaza contra el movimiento palestino Hamás. Estados Unidos culpa a Irán, que apoya a Hamás, de los ataques llevados a cabo por grupos proiraníes contra tropas estadounidenses con base en Irak o Siria.

Qassem Soleimani, arquitecto de las operaciones militares iraníes en Oriente Medio, sigue siendo una figura adorada por los partidarios de la República Islámica. Irán y Estados Unidos no mantienen relaciones diplomáticas desde 1980, un año después de la caída del Sha.

En octubre, un tribunal iraní ordenó al gobierno de Estados Unidos pagar 420 millones de dólares en compensación a las víctimas de una operación militar lanzada en 1980 para intentar liberar a los diplomáticos mantenidos como rehenes en la embajada de Estados Unidos en Teherán. En 2016, la Corte Suprema estadounidense ordenó la congelación de activos iraníes en Estados Unidos para compensar a las víctimas de ataques atribuidos a Irán.