Corresponsal en Jerusalén

Ya sesenta días desde el inicio de la guerra desencadenada el 7 de octubre por el ataque terrorista de Hamás. Inflexible y metódico, el ejército israelí está reforzando su control sobre la Franja de Gaza. Las tropas han dividido la estrecha franja de tierra en tres grandes zonas, norte, centro y sur, entre las cuales está prohibido viajar. Sólo están autorizados tramos de las dos carreteras principales, Salah ad-Dine y la carretera de la costa. Además de los bombardeos aéreos y los bombardeos de artillería, se sumaron los disparos navales. Se están librando intensos combates en tres zonas del territorio palestino, presentadas como bastiones de las milicias palestinas. En el norte, las Fuerzas de Defensa de Israel están concentrando sus ataques en la ciudad de Jabaliya y el barrio de Chajaya en la ciudad de Gaza. Al sur, el incendio se centra principalmente en la ciudad de Khan Younes.

Algunos observadores presentan esta fase de la batalla como “decisiva”. Los objetivos de la guerra siguen siendo los mismos: destruir a Hamás y liberar a los civiles secuestrados en el ataque del 7 de octubre. Ese día murieron unos 1.200 israelíes y unos 240 fueron secuestrados. Después de siete días de tregua, aproximadamente 137 personas siguen en manos de Hamás y otras facciones palestinas en la Franja de Gaza. Del lado palestino, las pérdidas ascendieron a al menos 15.000 personas. Al atacar a Khan Younes, el ejército israelí pretende atacar a la cúpula de la organización Hamás. Ella cree que su líder en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, está escondido allí con su personal. Pero tendrá que actuar rápidamente ante la catástrofe humanitaria provocada por esta nueva fase de la guerra.

Según las Naciones Unidas, 1,8 millones de personas han sido desplazadas dentro de la Franja de Gaza desde el 7 de octubre. La mayoría de ellos huyeron del norte del territorio, por orden del ejército israelí, para refugiarse en el sur, donde las dos grandes ciudades, Khan Younes y Rafah, están completamente saturadas. Al llevar la guerra al sur de la Franja de Gaza, Israel está añadiendo una dosis adicional de caos. El martes, vídeos compartidos en las redes sociales mostraban escenas dantescas, que recordaban las observadas hace unas semanas en el Norte: patios de hospitales inundados de refugiados, heridos llegando en oleadas. A pie, arrastrando una maleta con ruedas, en un coche, con algunas pertenencias amontonadas en un maletero o en el techo, los civiles huyen de las zonas de combate para refugiarse en zonas designadas como seguras por el ejército israelí.

Pese a todo, la ayuda humanitaria sigue llegando. Según Naciones Unidas, el lunes pudieron pasar por la terminal de Rafah 100 camiones y 69.000 litros de combustible: casi la mitad que durante la tregua. Después de una visita a la Franja de Gaza, la presidenta de la Cruz Roja, Mirjana Spoljaric, emitió una declaración poco común. “El nivel de sufrimiento humano es intolerable. Es inaceptable que los civiles no tengan un lugar seguro en Gaza”, denuncia. También pide que la Cruz Roja pueda tener acceso a los rehenes.