La Asamblea reinstauró el lunes 4 de diciembre, en primera lectura, la obligación de los automovilistas de pagar su multa de estacionamiento para impugnarla, que había sido considerada contraria a la Constitución en septiembre de 2020.

El texto fue aprobado por 45 diputados, con 23 votos en contra. La mayoría, 2 LR (de 3) y el grupo Liot votaron a favor, la izquierda principalmente en contra y la Agrupación Nacional se abstuvo.

Prevé la implementación de esta reforma en una fecha fijada por decreto, y a más tardar el 30 de junio de 2026. El proyecto de ley transpartidista, aprobado por el diputado Daniel Labaronne (Renacimiento), “restablece la obligación de pago previo del post-estacionamiento paquete (nueva denominación de las multas, nota del editor) y su posible aumento, dentro del límite de un límite máximo fijado por decreto del Consejo de Estado, como condición para la admisibilidad de un recurso contencioso, salvo casos excepcionales.

Las excepciones que se mantienen son el robo o destrucción del vehículo, el robo de la matrícula del conductor, la cesión del vehículo, la percepción de rentas bajas, el beneficio de una tarjeta de aparcamiento para personas con discapacidad. El Consejo Constitucional, ante una cuestión prioritaria de constitucionalidad, había considerado inconstitucional el pago previo de la multa debido a la falta de una disposición que garantizara que el importe de la suma a pagar y su posible aumento no era demasiado elevado, y la ausencia de excepciones teniendo en cuenta situaciones particulares.

En su introducción, el Sr. Labaronne subrayó que este principio de pago previo fue votado «por una parte para evitar recursos dilatorios con el objetivo de una buena administración de justicia y por otra parte para garantizar una rápida recuperación de los ingresos de las comunidades afectadas». La censura del Consejo Constitucional provocó un aumento del número de casos pendientes, que a finales de 2022 ascendía a más de 183.000 expedientes, con “plazos de sentencia del orden de dos años”, una “situación complicada que también penaliza a nuestros compañeros ciudadanos.»

Los oradores contrarios al texto denunciaron una limitación del derecho de recurso, en un contexto en el que la automatización de la lectura de las matrículas aumenta las multas. De 2018 a 2022, el número de multas aumentó de 7,8 a 13,7 millones, para “alcanzar un nuevo récord de ingresos de alrededor de 340 millones de euros”, según André Chassaigne (PCF).