(San Francisco) El empresario británico Mike Lynch fue absuelto tras su juicio por fraude en San Francisco (California), en relación con la venta del editor de software Autonomy al grupo estadounidense Hewlett Packard (HP) por 11.000 millones de dólares en 2011, informaron el jueves los medios de comunicación.
Un año después de la adquisición, HP acusó a Autonomy de haber manipulado sus cuentas, citando “importantes irregularidades contables”.
HP acusó en particular al ex director de Autonomy y al ex director financiero, Sushovan Hussain, de haber inflado artificialmente los ingresos declarados, el crecimiento de los ingresos y los márgenes de la empresa.
El grupo americano tuvo que amortizar cerca de 9.000 millones de dólares, de los cuales más de 5.000 millones de dólares se presentaron como resultado de manipulaciones contables realizadas en el seno de Autonomy antes de la transacción.
Originario de Suffolk, en el este de Inglaterra, Mike Lynch había refutado todos los cargos que se le imputaban. Había acusado a HP de convertirlo en “chivo expiatorio de sus propios fracasos”.
“Creo que Autonomy fue una empresa exitosa. Desde el punto de vista financiero, fue extremadamente rentable”, insistió en la audiencia del 23 de mayo, subrayando que ciertamente “no era perfecto”.
“Pero la realidad de la vida es que todo tiene matices y a veces uno hace lo mejor que puede ante eso, y las empresas hacen exactamente lo mismo”, añadió.
Se embolsó unos 815 millones de dólares con la venta.
HP también demandó al ex director financiero de Autonomy, Sushovan Hussain. En 2018, un jurado estadounidense lo condenó por fraude de ventas, lo que le valió una sentencia de cinco años de prisión.
En 2022, los tribunales británicos dictaminaron que HP había sido engañada y se le había pagado demasiado. HP ha solicitado al Tribunal Superior de Justicia de Londres un reembolso de 5 mil millones de dólares de los dos ex ejecutivos de Autonomy.
Mike Lynch fue extraditado en 2023 del Reino Unido a Estados Unidos para ser juzgado. El juicio comenzó el 18 de marzo.
La justicia estadounidense consideró que presentaba un “grave riesgo de fuga” y fue puesto bajo arresto domiciliario en San Francisco bajo la vigilancia de un servicio de seguridad privado a sus expensas, según un documento judicial.