(París) Los compromisos internacionales para proteger la capa de ozono están dando frutos a medida que las concentraciones atmosféricas de una familia de gases nocivos, los HCFC, han comenzado a disminuir más rápido de lo esperado, según un estudio publicado el martes.
«Es un éxito y nos hace sentir optimistas de que los tratados climáticos y medioambientales pueden funcionar», dijo a la AFP Luke Western, de la Universidad de Bristol, autor principal del estudio publicado en la revista Nature Climate Change.
El Protocolo de Montreal, firmado en 1987, es un compromiso internacional para eliminar gradualmente las sustancias que agotan la capa de ozono utilizadas en refrigeración, aire acondicionado, espuma y aerosoles.
Esto permitió eliminar la producción de clorofluorocarbonos (CFC), pero para sustituirlos se desarrollaron hidroclorofluorocarbonos (HCFC), nocivos para el ozono que nos protege de los rayos ultravioleta, pero también de potentes gases de efecto invernadero. Su producción y uso aún están en proceso de eliminación.
Sin embargo, el equipo internacional que publicó el estudio el martes demostró que el nivel de cloro procedente de los HCFC, que agotan la capa de ozono, ya alcanzó su máximo en 2021, cinco años antes de lo esperado. Los investigadores se basaron en mediciones de una red de estaciones de medición especializadas llamada AGAGE, así como en datos de la agencia meteorológica estadounidense NOAA.
«Al implementar controles estrictos y promover alternativas respetuosas con el ozono, el protocolo ha logrado frenar las emisiones y los niveles de HCFC en la atmósfera», afirmó Luke Western.
«Sin el Protocolo de Montreal, este éxito no habría sido posible, por lo que se trata de una validación espectacular de los compromisos multilaterales para combatir la pérdida de la capa de ozono estratosférico, con beneficios adicionales en la lucha contra el cambio climático», juzga.
Los científicos citan periódicamente la protección de la capa de ozono como ejemplo de acción colectiva exitosa en favor del medio ambiente.
Según la última estimación cuatrienal del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), publicada a principios de 2023, se espera que la capa de ozono “se reponga durante las próximas cuatro décadas”.