(París) La energía irrumpe en el campo: el ministro de Economía, Bruno Le Maire, ha prometido una reducción del 10 al 15 % en la factura de la electricidad el próximo año, una forma de quitarle la alfombra a la RN, que ha convertido el poder adquisitivo en uno de sus caballos de batalla.

“La factura de la luz de cada francés bajará entre un 10 y un 15% en febrero de 2025”, con respecto a la tarifa actual. “Este es el compromiso que estoy asumiendo”, declaró Le Maire el martes en BFMTV/RMC.

La cuestión es crucial, ya que el gas y la electricidad han contribuido en gran medida a alimentar la inflación y pesar sobre el presupuesto francés en los últimos años, en un contexto de recuperación posterior a la COVID-19 y la guerra en Ucrania.  

Si en plena crisis energética el Gobierno puso en marcha un escudo arancelario muy caro, convirtiendo a Francia en uno de los países más protectores de Europa en este ámbito, la salida progresiva de este sistema se tradujo en un aumento de las facturas, lamenta UFC-Que Choisir.

“Desde inicios de 2023, la tarifa regulada ha aumentado un 40%. «Estamos en más del 70% en diez años (…) la pobreza energética está aumentando», afirmó a la AFP Cédric Musso, director de acción política de la asociación de consumidores.  

La factura eléctrica global anual de los hogares «es de media 2.000 euros frente a los 1.600 de hace un año», añadió.  

Pero los consumidores tendrán un respiro a partir del año que viene, asegura Bruno Le Maire, gracias, según él, a la política energética del Gobierno, en particular “porque el año pasado produjimos 330 teravatios hora de electricidad nuclear. Porque invertimos en energías renovables”.  

La razón de esta caída esperada radica en la forma de calcular la tarifa regulada, que está en parte correlacionada con los precios de los mercados mayoristas durante los dos últimos años. Sin embargo, tras el aumento de los precios en 2022, que alcanzaron una media de 250 a 300 euros por megavatio hora (MWh), los precios han ido cayendo desde 2023, oscilando hoy entre 40 y 60 euros por MWh, también bajo el efecto de los incentivos a la sobriedad.  

«La caída de los precios mayoristas y, sobre todo, el año récord de 2022, que ya no entra en el cálculo, provocará automáticamente una caída de la factura», explica Nicolas Goldberg, experto en energía de Colombus Consulting.

Mejor aún: esta reducción “podría ser superior al -10/-15%, incluso si se restablece completamente el impuesto gubernamental”, el impuesto especial sobre la electricidad.  

El 1 de febrero, cuando los precios en el mercado mayorista ya estaban bajando, la factura de la luz aumentó algo menos del 10% de media debido a una primera subida de este impuesto, confirmando así la voluntad del Gobierno de salir progresivamente del escudo tarifario.  

Este debe aumentarse nuevamente en febrero de 2025 para volver al nivel anterior a las subvenciones a los precios de la energía. Pero esta revalorización se ha integrado en el cálculo de la reducción de las facturas del próximo año, confirma Bercy.  

El programa de RN para las elecciones europeas prometía «reducir las facturas eléctricas de los hogares entre un 30 y un 40%» restableciendo un precio francés de la electricidad, desvinculado de las reglas del mercado europeo.  

Para Nicolas Goldberg, el anuncio de Bruno Le Maire puede verse como «un mensaje enviado a la RN para decir que no es necesario manipular las fórmulas de cálculo, porque la caída se producirá en febrero».  

También una forma de quitarle la alfombra a la RN el día después del anuncio del aumento del 12% en la factura del gas previsto para el 1 de julio.  

En caso de victoria de las elecciones legislativas del RN y su adhesión a Matignon, el vicepresidente del partido de extrema derecha, Sébastien Chenu, advirtió que su primera reforma sería «una medida del poder adquisitivo: detener la subida del precio de gas anunciado por el gobierno”.  

Sin embargo, no lo decidió el gobierno, sino la comisión reguladora de energía. Se debe principalmente al aumento de los costes de mantenimiento de la red de gas GRDF mientras hay menos abonados de gas para soportar estos gastos.