Soldados de la Guardia Nacional de Guinea-Bissau liberaron a dos miembros del Gobierno que estaban siendo interrogados por la policía durante la noche del jueves al viernes 1 de diciembre, antes de intercambiar disparos con las fuerzas especiales, según fuentes militares y de inteligencia.

El ministro de Economía y Finanzas, Souleiman Seidi, y el secretario de Estado del Tesoro Público, Antonio Monteiro, fueron citados por los tribunales el jueves por la mañana y luego puestos bajo custodia policial.

La policía judicial interrogó durante varias horas a los dos altos funcionarios sobre una retirada de diez millones de dólares de las arcas estatales, según las mismas fuentes, que hablaron bajo condición de anonimato por razones de seguridad.

El viernes por la mañana se escucharon intensos disparos en el sur de la capital, Bissau, según un corresponsal de la AFP. Fuentes militares y de inteligencia dijeron que fuerzas especiales intervinieron contra la Guardia Nacional después de varios intentos fallidos de mediación. Siguió un intercambio de disparos antes de que regresara la calma, agregaron.

Estos hechos se producen mientras el presidente Umaro Sissoco Embalo, elegido en diciembre de 2019 para un mandato de cinco años, se encuentra en Dubái para asistir a la 28ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima (COP28). Guinea-Bissau, un país pequeño y pobre de África occidental, sufre una inestabilidad política crónica y ha sido víctima de una serie de golpes de estado desde su independencia de Portugal en 1974, el último de ellos en febrero de 2022.

En septiembre, el Presidente Embalo nombró a dos generales, Tomas Djassi y Horta Inta, jefes de seguridad presidencial y jefe de gabinete del Presidente de la República, respectivamente. Estos dos puestos, previstos en el organigrama oficial, no estaban cubiertos desde hacía varias décadas.

Este fortalecimiento de la seguridad presidencial se produjo cuando los golpes o intentos de golpe están aumentando en África occidental, especialmente en Gabón, Níger, Malí, Burkina Faso, Guinea y, nuevamente esta semana, en Sierra Leona.