(Varsovia) Si jefes de Estado y delegaciones de unos 90 países de todo el mundo se reúnen este fin de semana en Suiza para discutir una solución a la guerra en Ucrania, es gracias sobre todo a una persona: Volodymyr Zelensky.
Desde hace meses, el líder ucraniano, experimentado en el ejercicio de la comunicación, lidera una ofensiva diplomática, mezclando encanto, coerción, defensa y amenazas dirigidas a los poderosos del mundo para que estén allí, junto a Ucrania, en una conferencia de paz, y demuestren Rusia, excluida de la reunión, afirma que está en el lado equivocado de la Historia.
La presencia de decenas de países, incluidos los llamados del Sur, tradicionalmente bastante cercanos a Moscú, en un momento en que Ucrania atraviesa dificultades en el frente, es un primer éxito.
«Es bastante sorprendente que un centenar de países vayan a una cumbre de paz en la que no participa el principal instigador del conflicto», subraya Max Bergmann, ex funcionario del Departamento de Estado estadounidense que ahora dirige el programa para Europa, Rusia y Eurasia. en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS).
Para él, se trata de un “golpe maestro diplomático” de Kiev.
William Courtney, ex diplomático estadounidense, también elogia un “gran éxito”: “No puedo pensar en ninguna otra potencia media, como Arabia Saudita o Brasil, que haya hecho algo comparable”.
Porque Volodymyr Zelensky ha hecho de la movilización de los líderes mundiales una prioridad para la conferencia del 15 y 16 de junio.
En las últimas semanas ha visitado 16 países, entre ellos Oriente Medio y Asia, regiones donde no faltan amigos de Moscú.
En vísperas de una cumbre del G7 en Italia, se encontraba en Arabia Saudita, aliado de Estados Unidos, pero también socio petrolero del Kremlin. Antes lo vimos en Singapur, Filipinas y Qatar, además de en multitud de capitales europeas ya conquistadas para su causa.
Durante sus reuniones con los jefes de Estado, ante los parlamentos o durante las conferencias, utiliza el encanto y elogia a sus anfitriones.
“Agradezco al presidente (Emmanuel) Macron por esforzarse siempre por encontrar la mejor solución para protegernos a nosotros y a toda Europa. Aprecio la valentía de sus decisiones y el liderazgo de Francia”, afirmó durante las conmemoraciones del Desembarco de Normandía.
Pero también sabe ser mucho más rudo. Incluso con su mayor aliado, el presidente estadounidense, Joe Biden.
«Si no está presente, será como aplaudir a Putin», dijo el mes pasado. Al final, medio éxito, será la vicepresidenta Kamala Harris la que represente a Estados Unidos en la cumbre de Suiza.
“La impaciencia de Ucrania ha ofendido a veces a otras capitales”, opina Alissa de Carbonnel, subdirectora del programa europeo de Crisis Group.
La ofensiva diplomática ucraniana experimentó otro fracaso: la negativa a priori de China a participar por la exclusión de Rusia, su aliado.
Según Simon Smith, ex embajador británico en Ucrania, Zelensky también ha tenido “menos éxito” a la hora de convencer a los países que no se sienten directamente afectados por la amenaza rusa de que apoyen a Kiev con más firmeza.
«Simplemente le resulta más difícil convencer a otros países de que compartan su indignación por lo que hace Rusia, cuando esos países no se sienten amenazados por Rusia», dice a la AFP.
Para William Courtney, Zelensky se ha vuelto más “hábil” en la escena internacional, pero ha “perdido parte del magnetismo que tenía en 2022”, considera Bergmann.
En aquel momento, el presidente ucraniano recorría por videoconferencia los parlamentos del mundo como el señor de la guerra de un país que sorprendía por su capacidad de resistencia, avergonzando a quienes no creían en Ucrania.
Hoy “hay una especie de sobreexposición. Todo el mundo ya ha oído las líneas y el mensaje, repetido una y otra vez…”, señala Bergman.
Sin embargo, la celebración misma de la cumbre en Suiza sigue siendo un éxito para Zelensky. Pero la cuestión sigue siendo si allí se puede esbozar una posición común de 90 países.
«Los países tienden a apoyar al ganador y, hasta ahora, no están seguros de quién será», teme Orysia Lutsevych, directora del Foro Ucrania en Chatham House.