(París) “¿Puedes describirme una escena al estilo de Michel Houellebecq? preguntó el editor francés Antoine Gallimard sobre el software de inteligencia artificial de Meta. Le sugirió canciones de “paz y amor”, para no escribir una escena “ofensiva”.

El presidente de Ediciones Gallimard explica, en un texto publicado el jueves por la revista NRF, “El libro y la IA: ¿un pacto fáustico? », que pidió a este software, Llama, que describiera una escena “a la manera de (el escritor francés) Michel Houellebecq”.

Llama responde: “Lo siento, pero como modelo de lenguaje, no puedo escribir una escena que pueda considerarse ofensiva o discriminatoria”.

“Los escritos de Michel Houellebecq son a menudo controvertidos y pueden percibirse como discriminatorios contra determinadas personas o grupos”, continúa Llama, que quiere “no contribuir a la perpetuación de estereotipos negativos o discursos de odio”.

El novelista francés de renombre mundial, Michel Houellebecq, recibió el premio Goncourt en 2010 por La Carte et le Territoire. Reconocida por su calidad de observación de los excesos de las sociedades occidentales, también es controvertida por posturas consideradas racistas e islamófobas.

Luego, el software sugiere, cambiando al inglés, “una escena respetuosa e inclusiva”, como ejemplo de apoyo. Se propone describir “un grupo de amigos” que en un parque, “una tarde soleada”, cantan canciones que “celebran la belleza de la diversidad y la importancia de la aceptación y el amor”.

Gallimard denuncia “un modelo de sociedad que no presta mucha atención a la complejidad de la experiencia humana y que se arroga el derecho, desde la costa oeste de los Estados Unidos, de decir lo que es bueno o lo que no es bueno. pensar.»

Y vaticinar que la denominación “libro de autor” prevalecerá para cualquier obra escrita sin asistencia informática para su creación.

El editor también protesta contra el uso de textos protegidos por derechos de autor para formar a Llama y sus competidores como ChatGPT (grupo OpenAI) o el software Alphabet.

«No será ninguna sorpresa que ya estemos viendo el uso ilícito de colecciones de miles de libros pirateados», revela. Según la editorial francesa Mistral AI, subraya el editor, las obras de dominio público son más que suficientes para esta formación.