La tasa de inflación anual de la zona del euro volvió a caer en noviembre, hasta el 2,4%, tras el 2,9% en octubre, según las cifras publicadas el jueves por Eurostat, alcanzando esta tasa su nivel más bajo desde julio de 2021.

El indicador se acerca así al objetivo del 2% fijado por el Banco Central Europeo (BCE) y refuerza la política de tipos de interés elevados seguida por la institución de Frankfurt para frenar la subida de precios. La cifra de noviembre es inferior a lo esperado por los analistas de Bloomberg y Factset que esperaban un 2,7%. La inflación se ha dividido por más de cuatro desde el récord del 10,6% alcanzado en octubre de 2022, cuando los efectos de la guerra en Ucrania sobre los precios del gas y el petróleo se sintieron con toda su fuerza. La mejora confirma una clara tendencia hacia la desaceleración de los precios al consumo desde el verano. El aumento aún alcanzó el 5,2% en agosto.

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El descenso de noviembre es tanto más notable cuanto que afecta a todos los componentes del indicador, excepto la energía. Así, el aumento de los precios de los alimentos (incluidos el alcohol y el tabaco) se desaceleró hasta el 6,9%, tras el 7,4% de octubre. El aumento de los precios de los servicios se debilitó, hasta el 4% (-0,6 puntos), al igual que el de los bienes industriales, hasta el 2,9% (-0,6 puntos). La caída de los precios de la energía observada en los últimos meses continuó, aunque a un ritmo más lento: cayeron un 11,5% en noviembre interanual, frente al -11,2% de octubre.