Roger Federer y Rafael Nadal, inconsolables, sollozando uno al lado del otro. Esta es sin duda la escena más conmovedora del documental Los últimos doce días de Federer, disponible desde el jueves en Prime Video.
La película ofrece exactamente lo que sugiere su título: una mirada entre bastidores a los 12 días previos al último partido de la carrera del legendario tenista.
La escena en cuestión tiene lugar al final de la película. Los dos grandes rivales, que se han convertido en grandes amigos, incluso hermanos, a lo largo de su reinado en el mundo del tenis, comparten pista por última vez en el marco de la Laver Cup. Tras su derrota ante la pareja Tiafoe-Sock, siguen las despedidas. En las gradas, los aficionados lloran y saludan a la estrella suiza.
Federer, llorando, abraza uno por uno a sus compañeros: Nadal, Novak Djokovic y Andy Murray.
“En ese momento entendí que solo había dos cosas que me molestarían: Mirka [su esposa] y el aspecto de Rafa”, dice en voz en off el nuevo jubilado.
En la pantalla aparece Nadal con los ojos hinchados. Se escucha a su vez la voz del español: “Hay muchos recuerdos y emociones. La sensación, antes de una final de un torneo de Grand Slam contra Roger, es diferente. El ambiente es diferente, la presión también. Saber que nunca volveré a experimentar esto… duele. »
Es allí donde los dos cómplices aparecen uno al lado del otro, con los labios temblorosos, la respiración entrecortada, los ojos llenos de lágrimas, sollozando sin vergüenza, en total vulnerabilidad. Resulta muy difícil controlar nuestros propios escalofríos…
Desde la grabación de su anuncio de retirada hasta su retransmisión, pasando por entrevistas, ruedas de prensa y la preparación de su último partido, Federer nos adentra en su vida privada. En una película que hace justicia a su elegancia, convivimos con él, su esposa, sus hijos, sus padres… ¡y su perro! – las emociones que lo atraviesan a medida que se acerca el final.
El ganador de 20 torneos de Grand Slam a menudo parece emocionado. También tiene que pensárselo dos veces para leer ciertos pasajes de su mensaje de jubilación del 14 de septiembre de 2022.
Federer admite a menudo que está estresado, como en las horas previas a la difusión del anuncio. Lo sentimos ansioso por advertir a cada uno de sus amigos; casi le preocupa haber olvidado uno. Un recordatorio de su sensibilidad y su humanidad.
Este mismo Djokovic está en el centro de los recuerdos del campeón, que califica su llegada al circuito como algo indeseable para sus seguidores en aquel momento. “Aunque había entusiasmo al respecto, no estaba convencido. Creo que no le di el respeto que se merece por sus deficiencias técnicas”, sugiere. “Se ha convertido en un jugador monstruosamente increíble. »
Este mismo Djokovic también llora mientras saluda a su oponente tras su último partido en la Laver Cup.
Este documental por sí solo constituye una lección deportiva imprescindible. Prueba de que el deporte va mucho más allá de rivalidades, rankings y trofeos.