La acogedora fachada hace que quieras entrar irresistiblemente en este pequeño negocio situado en el Boulevard Saint-Laurent, en el corazón de Little Italy. Allí descubrimos una antigua fábrica artesanal de donuts que ofrece una decena de variedades, a cual más tentadora, que pueden acompañarse de un café Myriade o de unos refrescos.

Beigne Habitude es ante todo la historia de una pareja apasionada por la repostería. Rachel Berriman y Michael Lottner viajaron por Estados Unidos con el objetivo de degustar las mejores creaciones de pastelería americana y, por supuesto, traer algunas ideas para su futuro negocio. Rachel se especializa en repostería y ha trabajado especialmente en Larrys. Michael es más hábil con la pastelería, ya que realizó una pasantía con el fallecido Patrice Pâtissier.

Después de una obsesión por las tartas de limón y las tartaletas de todo tipo que fotografió y publicó en una cuenta de Instagram, Michael recurrió a los donuts inspirados en la panadería. Las primeras creaciones dulces se vendieron por encargo a través de Instagram y luego en su callejón verde de Plateau Mont-Royal. Una vez que el boca a boca hizo su trabajo, se organizaron tiendas temporales en los restaurantes y cafés Pumpui, Nouveau Palais y Le grand cormoran.

Con tanta ilusión, teníamos que dar el salto y poner en marcha una tienda. Beigne Habitude abrió sus puertas el 25 de mayo y ofrece creaciones sin el peso de las tradicionales tiendas de donuts. Los donuts son tan ligeros y aireados que casi se derriten en la boca. Nos cuentan que el secreto está en el uso de mantequilla y harina para crear masa choux o masa húmeda.

Nuestros favoritos después de dos visitas: el de limón y fresa, el babka (pastel de origen polaco transformado en donut) y el de ruibarbo y buttermilk. Parece que los clientes, en cambio, están poniendo sus ojos en el chile con mango y coco. Una cosa es segura: ¡tendrás que regresar para poder probarlos todos!