(Nueva York) Un mecánico de aviones se ha puesto en contacto con el regulador de aviación civil estadounidense, la FAA, para alertarle de posibles defectos de montaje y mantenimiento en el avión 787, que según Boeing ya han sido solucionados.

Richard Cuevas trabajó, por contrato pero no como empleado, para Spirit AeroSystems, el principal subcontratista de Boeing, según sus abogadas, Debra Katz y Lisa Banks.

Como parte de sus trabajos de reparación de aviones Boeing, el denunciante afirmó haber observado prácticas de calidad «por debajo de los estándares» en relación con un mamparo del fuselaje del 787, un avión de largo recorrido.

En concreto, los trabajadores habrían perforado agujeros demasiado grandes en esta parte del aparato, lo que provocaba un riesgo de fallo eléctrico y despresurización durante el vuelo, según él.

Cuevas dice que ha visto estos defectos en tres aviones y estima que al menos entre diez y doce 787 podrían verse afectados.

También indica que fue testigo de la aplicación inadecuada de un revestimiento impermeabilizante.

El mecánico hizo un informe a Spirit AeroSystems y luego a Boeing.

Pero ninguna de las empresas “ha corregido estas prácticas”, según los abogados del denunciante. “El señor Cuevas fue despedido [en marzo de 2024] luego de que su gerente sospechara que él había iniciado el informe. »

Boeing declaró a la AFP que había llevado a cabo investigaciones a raíz de un informe de un «trabajador subcontratado» y afirmó haber «abordado» las cuestiones planteadas por este informe, «que no presentaba ningún riesgo para la seguridad».

«Estamos estudiando los documentos presentados hoy e investigaremos cualquier nuevo informe», añadió el fabricante de aviones.

«Nuestros directivos están al tanto de estas acusaciones y las están investigando», comentó un portavoz de Spirit AeroSystems. “Alentamos a todos los empleados de Spirit a plantear cualquier inquietud que puedan tener, sabiendo que estarán protegidos. »

A mediados de abril, cuatro denunciantes, entre ellos un ingeniero y antiguos empleados de Boeing, testificaron ante un comité de investigación del Senado estadounidense para evitar “problemas graves” en la producción de los Boeing 737 MAX, 787 Dreamliner y 777.

El fabricante americano atraviesa uno de los periodos más convulsos de su historia.

Enredado en una serie de problemas de producción y cumplimiento durante varios años, los reguladores le aplicaron presión adicional después de un incidente en vuelo a principios de enero.

A un avión 737 MAX 9 de Alaska Airlines se le soltó una puerta en pleno vuelo, y una investigación reveló que había sido fijada incorrectamente.