(París) Marte está sujeto a impactos de meteoritos casi a diario, aproximadamente cinco veces más de lo estimado anteriormente, según los registros sísmicos realizados en el planeta rojo.
Hasta ahora, estimábamos la frecuencia de estos impactos con modelos que combinaban observaciones de cráteres de meteoritos en la Luna e imágenes de la superficie marciana tomadas por sondas en órbita.
Ajustamos estos modelos a las características del planeta rojo. Mucho más masivo que la Luna y mucho más cerca del cinturón de asteroides principal del sistema solar, Marte es un objetivo principal para las grandes rocas que deambulan por el espacio.
Además, casi desprovista de atmósfera –la suya es cien veces más delgada que la de la Tierra– ni siquiera puede contar con este escudo protector para desintegrar algunos de los meteoritos.
Un equipo internacional, dirigido por investigadores de la Escuela Politécnica de Zúrich (ETH) y del Imperial College de Londres, ofrece una nueva mirada al tema en la revista Nature Astronomy, publicada el viernes, gracias al sonido.
«Parece más eficaz escuchar los impactos que tratar de verlos si queremos entender con qué frecuencia ocurren», afirmó Gareth Collins, coautor del estudio y profesor del Imperial College de Gran Bretaña, en un comunicado de prensa de su institución.
Y qué podría ser mejor que el sismógrafo SEIS (Experimento sísmico de estructura interna), un instrumento producido bajo la supervisión del CNES (Centro Nacional de Estudios Espaciales).
Una sonda de la NASA, InSight, lo depositó en noviembre de 2018 en la llanura marciana de Elysium, permitiendo por primera vez a la humanidad presionar su oreja contra el suelo del planeta. El objetivo inicial es medir su actividad interna y posibles eventos sísmicos.
El equipo de investigadores utilizó estos datos para determinar que el planeta es impactado cada año por entre 280 y 360 meteoritos, creando cráteres de al menos ocho metros de diámetro. «Esta tasa es cinco veces superior a la cifra estimada a partir de imágenes tomadas únicamente en órbita», explica Géraldine Zenhäusern, investigadora de la ETH, en un comunicado de prensa de su establecimiento.
Identificar pequeños cráteres de meteoritos desde una sonda en órbita es tanto más difícil cuanto que el planeta es escenario de frecuentes tormentas de arena que pueden enmascararlos.
«Aunque los nuevos cráteres pueden destacarse mejor en terrenos llanos y polvorientos, este tipo de terreno sólo cubre la mitad del planeta», afirma Zenhäusern. La ventaja del sismógrafo era “poder escuchar cada impacto dentro del alcance de la sonda”.
Los cálculos del equipo se basan en la identificación de un tipo particular de ondas acústicas que se propagan por la superficie de Marte tras el impacto de un meteorito. Estos eventos, denominados Marsquake-VF (terremotos de alta frecuencia en Marte), permitieron estimar el diámetro de un cráter y su distancia a la sonda.
Luego calcule el número de cráteres creados en un año dentro de un radio determinado alrededor de la sonda, antes de extrapolar estos datos a la escala del planeta.
«Este es el primer estudio de este tipo que determina con datos sismológicos la frecuencia de los impactos de meteoritos en la superficie de Marte», señala el profesor de la ETH Domenico Giardini.
Datos “a tener en cuenta a la hora de planificar futuras misiones a Marte”, según él. El planeta es golpeado aproximadamente cada mes por un meteorito, creando un cráter de al menos 30 metros de diámetro…