(Washington) El Tribunal Supremo de Estados Unidos, de mayoría conservadora, redujo el viernes la libertad de acción de las agencias federales, en el punto de mira de los círculos ultraliberales que luchan contra la «burocracia», al anular una jurisprudencia de 1984.
Esta jurisprudencia, conocida como “doctrina Chevron”, dio la última palabra a las agencias gubernamentales en su ámbito de competencia, por ejemplo en materia de medio ambiente, protección social o consumidores. Exigía que los tribunales federales siguieran la interpretación “razonable” de esas agencias cuando la ley era ambigua o silenciosa.
«Los tribunales deben ejercer su criterio independiente para decidir si una agencia actuó dentro de su autoridad legal y no pueden ceder a la interpretación de la ley de esa agencia simplemente porque es ambigua», escribió el presidente de la Corte, John Roberts, en nombre de la mayoría de los Seis conservadores contra los progresistas.
“Chevron está cancelada”, continuó.
La jurisprudencia de Chevron “se ha convertido en un pilar del gobierno moderno, apoyando esfuerzos regulatorios de todo tipo, por nombrar algunos sobre aire y agua limpios, seguridad de alimentos y medicamentos, y honestidad de los mercados financieros”, objeta la jueza progresista Elena Kagan en su disidencia.
Los críticos de esta jurisprudencia argumentaron que la interpretación de las leyes corresponde al poder judicial y no a las agencias federales, que dependen del poder ejecutivo.
Paradójicamente, en su momento esta decisión representó un éxito para la administración del presidente republicano Ronald Reagan, quien acusó a los jueces progresistas de enterrar empresas bajo regulaciones exorbitantes.