El presidente brasileño Lula propondrá la creación de un fondo destinado a preservar los bosques tropicales en unos 80 países durante la COP28 prevista para la próxima semana en Dubai, dijo el jueves 23 de noviembre el ministro brasileño de Medio Ambiente.
La iniciativa consiste en «un mecanismo de pago por bosque en pie, por hectárea, para ayudar a proteger los bosques tropicales de los 80 países» que los tienen en su territorio, indicó Marina Silva durante un seminario sobre evaluación y mejora del gasto público en Brasilia.
El gobierno brasileño presentó la idea esta semana a otros miembros de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), un bloque socioambiental que comparte con otros siete países que albergan la selva tropical más grande del mundo. El fondo constituye “una arquitectura simple (…) innovadora y eficaz”, subrayó Silva, reservando los detalles del anuncio a Luiz Inácio Lula da Silva durante la 28ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el clima, del 30 de noviembre al 12 de diciembre, en Estados Unidos. Emiratos Árabes.
El líder de izquierda reiteró que los países industrializados deben asumir la responsabilidad de su contaminación y deforestación contribuyendo financieramente a la conservación de bosques y selvas.
El mecanismo difiere del Fondo Amazonía ya implementado, administrado por el Banco Público de Desarrollo (BNDES). El nuevo fondo internacional sería administrado por “una institución financiera multilateral”, dijo Silva, según comentarios citados por los medios locales.
Roberto Perosa, secretario encargado de Comercio y Relaciones Internacionales del Ministerio de Agricultura, declaró durante otra conferencia de prensa que Brasil presentará en la COP28 un plan destinado a aumentar la superficie agrícola de su país sin deforestación, mediante la reconversión de tierras de pastoreo.
“Hicimos un estudio y contamos casi 160 millones de hectáreas de áreas de pastoreo. De este total, alrededor de 40 millones de hectáreas están ubicadas en zonas de pastos degradadas, pero muy aptas para el cultivo. Entonces, con cierta inversión en el suelo, este terreno se puede convertir en área cultivable”, explicó Roberto Perosa durante una rueda de prensa online con medios internacionales.
En diez años, el gobierno planea invertir 120 mil millones de dólares y ampliar las áreas de cultivo de Brasil, que pasarían de 65 a 105 millones de hectáreas, sin deforestación. “Vamos a hacer la ampliación sin talar ningún árbol”, afirmó el directivo, refiriéndose a una “gran revolución”. Según él, la iniciativa privada permite actualmente reconvertir cerca de un millón y medio de hectáreas cada año.
El presidente de izquierda Lula, que regresó al poder en enero, ha hecho de la defensa del medio ambiente, y en particular de la Amazonía, un fuerte eje de su acción, especialmente a nivel internacional. Pero también quiere permitir el crecimiento del poderoso sector del comercio agrícola, mientras Brasil se ha convertido en un gigante agrícola. La deforestación en el Amazonas aumentó drásticamente durante el gobierno de su predecesor de extrema derecha, Jair Bolsonaro, quien alentó la expansión de las actividades mineras y agrícolas en la región. Lula ha prometido erradicar la deforestación ilegal para 2030.