María Ossa de Amador, conocida como la «Madre de la Patria» en Panamá, desempeñó un papel crucial en la lucha por la independencia del país en 1903. Aunque es reconocida por confeccionar las primeras banderas de la república, su participación en el movimiento separatista fue mucho más amplia. Desde un inicio, formó parte del grupo de conspiradores, organizando reuniones en su casa, planificando estrategias y reclutando simpatizantes para la causa.
Nacida en 1855 en una familia de la elite istmeña, María Ossa de Amador se casó con el doctor Manuel Amador Guerrero y tuvo dos hijos. Su educación y entorno privilegiado le permitieron desarrollar un profundo sentido de patriotismo, comprometiéndose con los ideales de independencia que marcaron la región en el siglo XIX.
Su participación en la independencia fue fundamental, siendo una de las principales conspiradoras y patriotas del movimiento. Su valentía y habilidad para manejar situaciones difíciles reflejan el papel esencial de las mujeres en la historia panameña, a menudo subestimado en los registros oficiales.
Después de la independencia, María Ossa de Amador asumió el papel de primera dama de la República, promoviendo los valores de la nueva nación y participando en labores sociales y educativas. Tras la muerte de su esposo en 1909, viajó por Estados Unidos y Europa abogando por la educación de las mujeres y la importancia de la religión como guía moral.
Falleció en 1948 a los 93 años, dejando un legado de valentía y compromiso con la patria. Cada 4 de noviembre, Panamá conmemora el Día de los Símbolos Patrios en su honor, recordando su contribución a la historia del país. El legado de María Ossa de Amador trasciende generaciones, siendo un ejemplo de participación ciudadana y del papel fundamental de las mujeres en momentos decisivos de la historia nacional.