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Recientemente, Panamá ha experimentado una rebaja en su calificación crediticia por parte de S&P Global, lo que ha generado preocupaciones sobre su capacidad para cumplir con sus obligaciones de deuda a largo plazo. Esta situación ha llevado a un cambio en la percepción de la deuda pública panameña, que ahora se considera más especulativa que una inversión a largo plazo.

La productividad juega un papel crucial en el pago de la deuda nacional, y Panamá se enfrenta al desafío de aumentar su productividad para mantenerse competitiva en un mundo marcado por la inteligencia artificial, la robótica y la competencia global. Para abordar este desafío, es fundamental capacitar a la fuerza laboral panameña para adaptarse eficazmente a estos cambios históricos y aprovechar las oportunidades de generación de valor.

Un análisis reciente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre los resultados de las pruebas PISA 2022 revela que Panamá tiene un bajo nivel de pensamiento creativo en comparación con otros países de la OCDE. Este déficit en el pensamiento creativo limita la capacidad de innovación del país y su capacidad para impulsar la economía.

Además, los estudiantes panameños muestran fortaleza en la generación de ideas pero presentan deficiencias en el pensamiento científico, lo que limita su capacidad para utilizar y mejorar esas ideas de manera efectiva. También se observa una baja prevalencia de la mentalidad de crecimiento entre los estudiantes de Panamá, lo que puede afectar su éxito académico y profesional.

Para abordar estos desafíos, es fundamental diseñar un currículo educativo que eleve el nivel educativo general y desarrollar sistemas de conectividad que fomenten la participación económica en nuevas industrias. Además, es necesario revisar los objetivos finales del sistema educativo panameño para garantizar una fuerza laboral más capacitada y un crecimiento económico sostenible.

En cuanto a la conectividad nacional, es crucial garantizar que el capital humano en todo el país tenga acceso a las mismas oportunidades que los residentes en áreas metropolitanas. Esto requerirá inversiones en sistemas de transporte eficientes y la creación de polos de desarrollo en diferentes regiones del país.

En resumen, mejorar la productividad en Panamá es fundamental para garantizar un crecimiento económico sostenible y poder hacer frente a los desafíos de la Cuarta Revolución Industrial. Solo a través de reformas que impulsen la productividad y la innovación, el país podrá mantener su competitividad en un mundo en constante cambio.