El futuro demográfico parece muy sombrío para los ucranianos. Devastado por los bombardeos rusos desde hace más de dos años, el país debe afrontar una caída «muy alarmante» de su población, advirtió el martes 21 de abril la ministra ucraniana de Política Social, Oksana Zholnovych, en un foro público celebrado en Kiev. Desde el inicio de la guerra en febrero de 2022, Ucrania ha perdido más de cuatro millones de habitantes, informa el Kyiv Post. Según la base de datos de las Naciones Unidas, la población aumentó de 42 millones a principios de 2022 a 37,9 millones en la actualidad.

Este vertiginoso colapso está obviamente relacionado con la guerra. Pero el fenómeno es más profundo y más antiguo. En diciembre de 2001, el Servicio de Estadísticas de Ucrania contaba con 48,5 millones de habitantes. En 1992, la población alcanzaba incluso los 52 millones de habitantes. Y según las previsiones del Ministro de Política Social, la población aún podría perder 10 millones de habitantes de aquí a 2050, hasta los 25,2 millones. Eso es una caída de más del 50% en casi 60 años.

Además del número aún desconocido de soldados y civiles ucranianos muertos desde el inicio de la guerra, este colapso puede explicarse por varios criterios socioeconómicos más antiguos: una tasa de mortalidad que supera una tasa de natalidad ya baja (1,2), una deterioro de la salud de la población, aumento del número de personas discapacitadas, alto nivel de mortalidad prematura y envejecimiento demográfico. Además, la guerra ha acelerado la emigración forzada masiva de la población, ya que aproximadamente 6,3 millones de personas abandonaron el país durante el periodo 2022-2023 debido a las hostilidades y la ocupación de parte del territorio.

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Por lo tanto, los riesgos de seguridad relacionados con el conflicto han empujado a los residentes a irse o a tener menos hijos. Y esta situación podría persistir a largo plazo, dada la explotación minera de una parte importante (al menos el 29%) del territorio ucraniano, lo que no favorecerá el retorno de la población ni el deseo de tener hijos. Este sentimiento también se verá exacerbado por la falta de vivienda. Según la Escuela de Economía de Kiev, el número total de viviendas destruidas y dañadas ascendía a más de 250.000 edificios en enero de 2024, incluidas 222.000 casas privadas, más de 27.000 edificios de apartamentos y 526 dormitorios.

A esto se suma la expulsión ilegal de ciudadanos ucranianos al extranjero, por lo tanto el movimiento de 19.500 niños de los territorios ocupados a Rusia y, más ampliamente, el desplazamiento interno a gran escala de la población. En este último caso, la concentración excesiva de la población en determinadas regiones genera graves problemas de disponibilidad y calidad de los servicios básicos, incluidos la vivienda, la educación y los servicios médicos.

Para frenar esta espectacular caída de la población, el Ministerio de Política Social ha publicado una estrategia por escrito. Su objetivo es, en primer lugar, «crear las condiciones para aumentar la tasa de natalidad», estableciendo «un entorno favorable a las familias con niños», «aumentando la autonomía económica de las familias» y «creando condiciones favorables a la acumulación de paternidad y empleo profesional». . Para «reducir el nivel de mortalidad prematura», Ucrania quiere, en particular, desarrollar «capacidades comportamentales de autoconservación», mejorar «la salud general de la población» y «aumentar la disponibilidad y la calidad de la atención médica».

El país también quiere promover “el regreso a Ucrania de los ucranianos que viven en el extranjero”, prometiéndoles apoyo concreto y creando “incentivos” para regresar. Para completar, Ucrania quiere “atraer inmigrantes extranjeros para satisfacer las necesidades del mercado laboral”. La estrategia del gobierno ucraniano también describe su estrategia para reintegrar a las personas desplazadas en las comunidades territoriales locales y adaptar la sociedad al envejecimiento demográfico.