La Asamblea Nacional rechazó la noche del jueves al viernes, en un hemiciclo casi desierto, la moción de censura de La France insoumise presentada en respuesta al 49.3 de Élisabeth Borne sobre la parte de “gastos” y toda la ley de financiación de proyectos para el presupuesto de 2024. Esta 24ª moción de censura contra el Primer Ministro obtuvo 167 votos, lejos de los 289 necesarios para derrocar al Gobierno. Este rechazo constituye la adopción en primera lectura del Proyecto de Ley de Finanzas (PLF).

El texto continuará ahora su recorrido hasta el Senado, donde se espera que llegue a la cámara a partir del 23 de noviembre. Sólo 78 diputados habían firmado la moción, el grupo LFI y un puñado de diputados del PCF, una señal del cansancio de los diputados ante la letanía del gobierno de 49,3, como las mociones de censura de la Francia rebelde. La Primera Ministra no dejó de señalar el bajo número de firmantes de la moción, «nueva prueba» según ella de las «divisiones» de la alianza de izquierda Nupes.

Criticando un “uso frenético” de esta herramienta, mucho más sistemático que durante los gobiernos de Michel Rocard, Edith Cresson y Pierre Bérégovoy (1988 a 1993), que tampoco tenían mayoría, acusó básicamente a una Francia rebelde de querer “austeridad” con los “importantes aumentos de impuestos” que propone. Se felicitó por el hecho de que el Gobierno logró aprobar el miércoles en primera lectura su proyecto de ley de finanzas de fin de gestión sin un 49,3. “Si yo estuviera en su lugar, pondría en acción todos los medios del Estado para garantizar que ningún niño duerma afuera esta noche. Pero no, usted gana 49,3 por los ricos”, le dijo el diputado Antoine Léaument (LFI) en la introducción.

El uso del arma constitucional del 49.3 permite al gobierno conservar en su copia final las enmiendas a su conveniencia. Retuvo varias propuestas de la oposición. Así, a petición del grupo independiente Liot y de los diputados Horizons, la ayuda para el combustible de 100 euros se ampliará a 1,6 millones de beneficiarios adicionales, hasta alcanzar un coste total de unos 600 millones de euros. En el ámbito de la educación, con una enmienda del MoDem, se destinarán 30 millones de euros a la creación de brigadas contra el acoso en las academias, una cuestión que el Gobierno ha convertido en una prioridad.

Pero los diputados de todos los bandos critican al Gobierno por prestar poca atención a las mayorías obtenidas en comisión o en hemiciclo y, en ocasiones, por mantener enmiendas que ni siquiera fueron objeto de debate en el Parlamento. «Las oposiciones están furiosas», pero «esto también crea» «agritud» y una «atmósfera ligeramente deletérea» en el grupo Renacimiento, confía un ejecutivo macronista.