Se trata de una controversia que el Tribunal de Cuentas, garante del rigor presupuestario del país, habría aceptado. Mediapart reveló el lunes que la institución habría reimpreso más de 3.000 ejemplares de su último informe de actividad, por la considerable suma de 10.000 euros. Según el sitio informativo, fue un “capricho” del primer presidente del Tribunal de Cuentas lo que motivó esta operación con grandes gastos. Pierre Moscovici habría intervenido personalmente para sustituir una de las dos fotografías que le representan en el informe. “La primera versión mostraba inicialmente a Pierre Moscovici en los tejados de París, sonriendo pero con una mirada cansada y rasgos demacrados. En la nueva versión, está dentro del Palais Cambon, todavía sonriendo, pero más apuesto. La segunda foto del Primer Presidente, tomada “detrás de un escritorio con un gran logotipo de la Corte”, fue eliminada de la segunda versión.
¿Pierre Moscovici, decepcionado por su fotogenicidad? La historia podría hacerte sonreír, si no fuera, como nos recuerda Mediapart, “fondos públicos”. Y esto, “en el seno de una institución que se presenta precisamente como crítica del mal uso del dinero público en el Estado”, aplasta a los medios de investigación, acostumbrados a rastrear las contradicciones del mundo político e institucional. A petición de Le Figaro, el Tribunal de Cuentas niega formalmente haber cedido al “capricho” de su primer presidente. “La primera versión del informe de actividades, que es un poco como nuestro escaparate porque se distribuye internamente y a todos nuestros socios institucionales, se imprimió sin pruebas [listo para imprimir, nota del editor], lo que es todo menos profesional”, justifica el la secretaria general del Tribunal de Cuentas, Maïa Wirgin.
La institución no niega haber sustituido las dos fotografías de su primer presidente. “Las dos fotografías incriminatorias, que en realidad fueron modificadas, no correspondían a lo solicitado: en primer lugar, era demasiada, mientras que no se deseaba una personalización excesiva de este folleto, sino al contrario enfatizar el colectivo y carácter colegiado de la institución”, sostiene Maïa Wirgin. En cuanto a la otra fotografía, descrita con gran detalle por el sitio de investigación, el secretario general sostiene que era “a la vez no institucional y distorsionada”. De ahí su sustitución.
Contrariamente a lo que sugiere Mediapart, no sería el propio Pierre Moscovici quien exigió la reimpresión del informe. “Se decidió -y no fue a petición del primer presidente, que no solicitó esta segunda versión- rectificar este error y realizar una nueva impresión”. “El Tribunal es responsable de la buena gestión de los fondos públicos, pero también es una institución cuya comunicación debe ser limpia y seria”, insiste Maïa Wirgin. Lo cierto es que la operación costó 10.000 euros, tal y como indica Mediapart. Para financiar la reedición, la institución afirma haber recurrido íntegramente a los “ahorros realizados este año en la publicación”, que ascienden a 30.000 euros. Por lo tanto, el contribuyente puede concluir, al igual que el Secretario General, que el Tribunal “no se desvía de su misión de controlar los gastos, incluso los propios”. También pudo constatar, como los medios de investigación, “ahorros reducidos” en tiempos de rigor presupuestario…