Le Figaro Niza
El miércoles se cumplirán cuatro meses desde la última vez que el pequeño Émile dio señales de vida. Cuatro meses desde que este niño de dos años y medio desapareció en Haut-Vernet, en los Alpes de Alta Provenza. Desde entonces, la investigación penal por “secuestro y secuestro” ha avanzado lentamente, entre campañas de búsqueda, audiencias abiertas y allanamientos. El martes, al amanecer, comenzaron una decena de búsquedas en un radio de varios kilómetros alrededor de la aldea, según supo Le Figaro al mediodía, confirmando la información de Le Parisien. Esto se produce después de que investigadores de la Sección de Investigación (SR) de Marsella hayan analizado datos digitales y telefónicos.
La mayoría involucra casas y vehículos de propietarios de líneas telefónicas sospechosas, pero se cree que otros tuvieron lugar en zonas más escarpadas de las montañas circundantes. Según el diario, uno de ellos destaca especialmente porque apunta, “según testigos presentes sobre el terreno, a una casa situada en la aldea de Haut-Vernet, a pocos metros de la casa de la familia materna de Emile. Un detalle no exento de importancia pero que una fuente cercana a la investigación desmiente. “No hay ningún objetivo preferido”, explica a Le Figaro.
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De todas las puertas abiertas hasta la fecha, pocas o ninguna se han cerrado y ninguna dirección se ha seguido más que otra. La veintena de investigadores que trabajan a tiempo completo en la desaparición del niño cuentan especialmente con el uso de datos telefónicos para avanzar en las investigaciones. Una tarea titánica ya que se identificaron 1.600 líneas telefónicas en los alrededores de Haut-Vernet en una franja horaria cercana a la desaparición de Émile, el 8 de julio.
A mediados de octubre, una búsqueda llevada a cabo por los gendarmes en una granja de Vernet, cerca de la casa de los abuelos del niño, había reavivado la esperanza de un resultado. En vano. La búsqueda, centrada en un joven granjero que se sabía nervioso mientras conducía, terminó sin que se encontrara ninguna pista o rastro. El mismo resultado en un estanque de Vernet examinado unos días después. Por parte de los dos jueces de instrucción, la línea no cambia: comunicación nula, a riesgo de contaminar la investigación.